Pese a lo alocado que está el mundo y todos los ataques contra el amor verdadero y la familia, aún es posible vivir un amor bonito.
Querida Mildred:
«Al levantarme esta mañana, lavé cuidadosamente mis botas con agua caliente y embetuné mi cara. Luego, poniéndome el chaqué con grácil facilidad y los faldones delante, bajé a desayunarme y alegremente vertí el café sobre las sardinas y puse el sombrero a cocer en el fuego. Estas actividades le darán una idea de mi estado de ánimo. Mi familia, viéndome salir de la casa por la chimenea y llevarme la rejilla del guardafuegos bajo el brazo, pensaron que alguna cosa preocupaba mi espíritu. Y, era cierto», K. Chesterton a su amiga Mildred.
Como podemos ver en esta graciosa carta del famoso G. K Chesterton enamorado, el enamoramiento es un sentimiento espontáneo, siempre sincero porque su esencia es la sensación, pero no siempre la realidad, es súper intenso.
Es una reacción de nuestro cuerpo y mente que pone la atención entera en el otro, que no nos permite centrarnos en la realidad ni en el “otro” exactamente, quiero decir que, en esta emocionante etapa, el protagonista de nuestro enamoramiento somos nosotros, inmersos en un mundo de sensaciones inimaginables y hermosas. Cuando este proceso se acaba nos parece increíble haber sentido todo ello con tanta intensidad.
Enamoramiento
Aunque no lo creas el enamoramiento es un gran paso porque nos abre a la posibilidad de amar de verdad, nos prepara, nos moldea, nos enseña que somos capaces, solo que aún no hemos amado, es algo que recién ha comenzado, por eso hablar de que es solo algo “químico” le resta toda la magia al asunto, ya lo decía Albert Einstein.
Porque un amor bonito es algo muchísimo más satisfactorio, intencionado y provechoso, que nunca deja de completarse, es cuando ya traspasados nos habituamos a esas inexplicables sensaciones y dejamos de ser los protagonistas para solo centrarnos en quien amamos, dispuestos a desaparecer por completo nosotros, explica Fernando Alberca en su libro ¿Quieres casarte conmigo?
Es una decisión
Actualmente se nos enseña que siempre debemos seguir nuestros sentimientos y hacer lo que nos hace felices. Pero los sentimientos son muy volubles y fugaces. El verdadero amor, por el contrario, es constante, seguro y cierto.
La elección de amar a alguien, es una de las cosas más hermosas del amor. He leído de Ben Young y Samuel Adams en su libro los 10 mandamientos del noviazgo que el verdadero amor es un compromiso incondicional hacia una persona imperfecta.
Este verdadero amor implica autodisciplina ya que «Nadie se enamora por elección, es por casualidad. Nadie permanece en el amor por casualidad, es por trabajo. Y nadie pierde el amor por casualidad, es por elección». Seth Adam Smith
La decisión de amar incondicionalmente y para siempre nos fortalecerá y capacitará para hacerlo, y cuando empezamos a sentir en el camino cierta indecisión (de que existe el amor para siempre) es lo que nos acaba paralizando y debilitando en el amor. Y, claro, al no ser capaces de tomar la decisión determinadamente, no alcanzamos el grado de virtud que nos permitiría amar a fondo y sin retorno.
Formarse en el amor
Entender bien cuál es la tarea principal del amor ayuda a fortalecerlo, formarse en el amor es necesario ya que nos ayuda a plantar las semillas y las bases sólidas para lo que serán en un futuro próximo, familias estables y felices.
Javier Vidal Quadras dice que el amor debe ayudarte a ser la mejor persona posible con la que compartir la mejor vida imaginable, y nos da estos tres consejos:
- El fin: que la persona amada sea todo lo que está llamada a ser.
- El medio: que yo sea para ella todo lo que estoy llamado (a) a ser.
- El resultado: que los dos crezcamos juntos y también juntos logremos todo lo que estamos llamados a alcanzar.
Ante estos consejos, sobre el fin, el medio y el resultado del amor, el miedo se transforma en alegría, libertad y certeza. Es como cuando un niño aprende a andar en bicicleta, vencido del miedo a caerse, pedalea y disfruta de la sensación de libertad con mucha alegría y seguridad.
Así es el amor, la certeza de que él o ella estará siempre a nuestro lado. ¿Y cómo lo sé? Porque me lo ha dicho. ¡Esto es Felicidad! ¿Es necesario solo el amor para ser feliz? Sí, pero debe entenderse al amor como trabajo, decisión y esfuerzo y actualizar este COMPROMISO diariamente.
Escrito por: Lorena Sánchez, MSc. en Matrimonios y Familia.
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