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Atravesamos la línea gregoriana del calendario y todo parece una página en blanco. También parece una sucesión de días continuos que no cambian. Todo sigue igual que ayer pero distinto que mañana; atravesar el año nuevo suena algo así. 

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Que, no es muy distinto que la vida toda. Este principio de año también me encuentra cumpliendo años. Y yo, estoy muy convencido de que cumplir años es una bendición. Que el verdadero problema es no cumplir más. Pero, como leí por ahí, «cuando uno es joven cree que todos los demás se van a morir, cuando uno es grande cree que solo uno se va a morir». Y no. La verdad que no. No somos eternos ni invencibles. Ni tampoco somos blanco de la ausencia inmediata.

A veces, la cabeza nos engaña. Nos hace pensar en círculo cosas que no son reales pero que nos convencen de una finitud muy rápida y poco productiva. Siempre lo fue pero tal vez lo sea aún más en estos tiempos: pensar en el aquí y ahora es sacarse la sortija en la calesita.

No estoy diciendo nada que ya no haya dicho, pero son de esas cosas que quiero repetir hasta el cansancio: «Todo sigue igual que ayer pero distinto que mañana» significa que la sortija de la calesita nos abre la puerta a todas las posibilidades que elijamos hoy. Y que sí, no importa cuántos años tengamos, el día de mañana puede ser distinto que el de hoy.

Somos la generación que quiso cambiar el mundo y terminó convencida de que hacer lo políticamente correcto era el camino. Bueno, hoy aquí, en mi nuevo año calendario personal y también en este nuevo año nuevo gregoriano vengo a decirles que no. Señores y señoras, no. Estamos acá para cambiar el mundo, pero nuestro mundo.

Estamos acá para crear un camino. Y si esto lo estas descubriendo ahora es tan válido como si lo hubieras descubierto hace 40 años atrás. No sé. Llámenme idealista, pero, realmente, si esto se terminara aquí y ahora, ¿Podrías decir efectivamente «confieso que he vivido»? ¿»Confieso que he vivido y he hecho de todo lo que quise»? bueno si no es así, te invito a que lo hagas. Levántate con esa pregunta todos los días. No importa la edad biológica que tengas y ahí, justo ahí, habrá empezado tu año nuevo. Todos los días.

Diego Bernardini/lasegundamitad.org

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