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Tú, yo y Dios… ¡Más vale que sean tres porque un cordón de tres hilos no se rompe fácilmente! (cordón de tres dobleces).

En el mundo de hoy, donde las relaciones pueden ser complicadas, los desafíos abundan. Por eso, es fundamental reconocer la presencia y la importancia de Dios en medio de una relación de pareja (cordón de tres dobleces). Ya sea que estén comenzando como amigos con la esperanza de algo más, sean novios, estén comprometidos o ya casados, integrar a Dios en el centro de la relación puede hacer una diferencia significativa totalmente abismal.

 

 

¿Cómo lograr un cordón de tres dobleces?

Por aquí vamos uno a uno en el tiempo en el que te encuentres, lee detenidamente para lograr que en tu relación exista un verdadero cordón de tres dobleces:

Amigos y/o mejores amigos

Toda gran relación comienza con una base sólida de amistad. Es en la amistad donde aprendemos a conocernos, a confiar y a apoyarnos mutuamente. Integrar a Dios en esta etapa significa cultivar una amistad que honre y respete los valores a los que sabes que estás llamado. También, supone no fingir ser otra persona diferente solo para ser aceptado. El respeto, la sinceridad y el cuidado mutuo son fundamentales para construir una relación duradera.

Novios y/o comprometidos

Cuando dos personas deciden dar el gran paso hacia una relación más seria, es vital que consideren la voluntad de Dios en sus vidas. Rezar juntos, buscar un guía espiritual y fortalecer su fe pueden enriquecer su conexión emocional y espiritual. Esto les ayudará a discernir si están llamados a continuar juntos y ver realmente si su vocación es el matrimonio. Habrá muchas pruebas, se van a cuestionar mucho, pasarán acontecimientos, pero si estás seguro de dar ese gran sí en el altar, no tengas miedo, confía.

Matrimonios

El compromiso matrimonial es un momento sagrado donde Dios no solo une a dos personas. También, fortalece su unión a través de su amor y nos da gracias. La vida matrimonial está llena de altibajos. Muchas veces, más altos que bajos, o más bajos que altos. Por el mismo hecho de que su fe sigue siendo probada para, así, fortalecerla y alcanzar la Santidad que tanto se debe anhelar. No obstante, es seguro que tener a Dios como centro proporciona una base estable y amorosa, sobre la cual construir su familia será una aventura maravillosa.

 

 

Lleva a buen puerto tu relación de pareja

Algunos puntos importantes para llevar a buen puerto la relación de pareja que estés viviendo hoy en día:

  • La importancia de la oración y la fe: la oración es una herramienta poderosa en cualquier etapa de la relación. Permite que la pareja se acerque a Dios juntos, compartiendo sus alegrías, preocupaciones y metas. La fe en Dios les da la fortaleza para superar desafíos, perdonarse mutuamente y crecer en amor y comprensión. Es importante en la oración abandonarse completamente a la voluntad de Dios, porque siempre va querer lo mejor para ti, aunque en este tiempo no lo entiendas.
  • Crecer juntos en Cristo: integrar a Dios en la relación no solo fortalece el vínculo entre la pareja. También los ayuda a crecer individualmente. A través de la lectura de la Biblia, la participación en una comunidad de fe y ponerse al servicio de los demás, la pareja se puede conocer más. De ese modo, además, puede profundizar su relación con Dios, mientras construyen su relación de pareja.

En conclusión, tener a Dios en el centro de una relación de pareja no solo fortalece el amor entre los dos, sino que, también, construye una fundación sólida que perdura a lo largo del tiempo. En cada etapa, desde la amistad hasta el matrimonio, Dios ofrece guía, consuelo y esperanza. Invitar a Dios a ser parte de «tú, yo y Dios» es una decisión que transforma la relación en una aventura de crecimiento espiritual y amor verdadero.

Que cada paso que den juntos esté guiado por el amor de Dios (cordón de tres dobleces) y que su relación sea un testimonio vivo de su presencia en el mundo que hoy en día vivimos.

 

 

Escrito por: Lorena y Diego @quelamornosacompane.blog

 

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