Ante lo acontecido recientemente y lo que podría pasar a futuro, es fundamental que trabajemos por un Ecuador verdaderamente unido.
Durante mi vida viví 2 momentos trascendentes en que vi un Ecuador sólido y unido por una causa. El primero fue la guerra del Cenepa, donde sin importar ideología, raza, sector social o religión todos los ecuatorianos teníamos claro que se debía defender la patria de una agresión externa, incluso con gusto asumimos un impuesto para poder solventar los gastos que esta defensa territorial implicaba.
Fue destacable como 4 ex-presidentes, con diferencias irreconciliables entre algunos de ellos, acudieron al llamado del presidente Durán Ballén y manifestaron su apoyo incondicional al gobernante de turno.
El otro momento fue hace 7 años atrás… todo un país se unió para ayudar a nuestros compatriotas de Manabí y Esmeraldas, principalmente, a sobrellevar y recuperarse del terrible terremoto que sacudió esas provincias.
Hoy el país vive una situación, desde mi óptica, muy crítica. Hay un gran enemigo a vencer que es la corrupción, en gran parte financiada por mafias vinculadas al narcotráfico, que están consumiendo a nuestra juventud.
Los ecuatorianos debemos plantearnos seriamente un proyecto concreto a mediano y largo plazo, para salir de la actual situación política, económica y social por la que atravesamos.
A puertas de una nueva elección ningún candidato ha presentado una propuesta de unidad nacional.
Ecuador debe unirse de verdad
Así como nos unimos para defender nuestra patria ante una agresión externa o para enfrentar los embates de la naturaleza o incluso cuando nos unimos todos por la camiseta de la selección, hoy debemos unirnos para desarrollar un verdadero plan de desarrollo integral del Ecuador.
Nadie tiene la varita mágica, pero alguien debe tener la capacidad de sentar en una misma mesa a todos los actores políticos, sociales y económicos de este país, para plantearles un estado viable y con futuro.
«La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación», Papa Francisco, Fratelli Tutti.
Escrito por: Arcadio Arosemena Robles.
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