Los niños aprenden mucho con los cuentos gracias a la fantasía y magia que despiertan. Lee y comparte… «Chocolate: la receta mágica».
Había una vez un niño que se llamaba Luis, él vivía junto a sus padres Narcisa y Jacinto en una enorme hacienda de cacao en la provincia de El Oro en el Ecuador, en ella habían crecido sus abuelos, sus padres y él. Allí había una gran plantación y de sus abuelos aprendieron a preparar una deliciosa bebida de chocolate, con una receta con una rica leche, esencias y el cacao que crecía en el lugar.
Como pasaba mucho tiempo en la plantación, cosechando y guardando el cacao, estaba siempre bien quemado que todo el mundo lo comenzó a llamar simplemente Chocolate, lo que a Luis le gustaba mucho.
Chocolate era un niño muy feliz y risueño, a pesar de que eran muy pobres y vivían de la venta del rico chocolate en un puesto que tenían cerca a la hacienda. Como no tenían el dinero suficiente, no podían tener una gran fábrica que era el gran sueño de Luisito y de su papá, además, don Jacinto había sufrido un accidente que no le permitía caminar bien, por lo que Narcisa y Luis preparaban mucho chocolate para ayudar a comprar las medicinas.
El chocolate y el gran concurso
Un buen día, Luisito es llevado a Guayaquil con su escuela a una visita en una gran fábrica de chocolate, donde pudieron conocer los procesos de producción y venta del producto, lo que le gustó mucho a todos los niños, ya que todos tenían 9 años y les encantaba el sabor dulce.
En esa visita estaba un señor muy elegante que miraba a todos los niños, y muy en especial a Chocolate, ya que vio que el niño ponía mucho interés en todos y cada una de las cosas que decía el guía de la fábrica.
Al terminar la visita, el señor les contó que iba a ver un gran concurso donde podían presentar una nueva receta para hacer una bebida de chocolate para los niños de los colegios de Guayaquil, y que el concurso iba a ser anunciado en el periódico. El señor, que era de apellido Ochoa, les dijo que el premio era dinero en efectivo y que había que pagar por la inscripción.
Chocolate regresó muy contento a la hacienda y le pidió a la mamá participar en ese concurso, ya que el chocolate que ellos hacían era el más rico del mundo y seguro que ellos iban a ganar.
Gran expectativa
Pasan los días y Narcisa mira el anuncio del concurso por el periódico pero, al darse cuenta que tenían que pagar le dice al niño que no lo podían hacer, porque tenían que comprar más medicinas para Jacinto. El niño se puso muy triste ya que estaba muy entusiasmado en participar.
Un sábado en la mañana Chocolate se va al puesto de venta de la bebida y se da cuenta que se acerca un carro muy grande hacia él, cuando mira, la persona que se bajaba del carro era el Sr. Ochoa, el mismo señor que había visto en la visita a la fábrica en Guayaquil.
El señor Ochoa se baja del carro y se acerca donde Chocolate, le dice que quiere probar su famoso chocolate, del que había escuchado tanto y que estaba hecho con una receta mágica que había preparado su abuela.
Chocolate le da a probar la bebida y el señor Ochoa queda muy satisfecho con el delicioso sabor y le sugiere se inscriba en el concurso. En ese momento llegaba la mamá de Luis y le dice que no se pueden meter porque no tienen el dinero para pagar la inscripción y viajar a Guayaquil.
El Sr. Ochoa se queda pensando un momento y le entrega a la señora un billete de $ 100 para que puedan ir a Guayaquil, pagar la inscripción y dar la receta de la bebida.
Chocolate se pone muy contento y se pone a llorar de la alegría, lo mismo que Narcisa, quien no paraba de darle las gracias al Sr. Ochoa, él había sido como su ángel de la guardia repetía Luis.
La receta de la nueva bebida
Después de unos días, Narcisa y Chocolate entregan en un sobre cerrado la receta de la nueva bebida de chocolate con todas las indicaciones que decía el concurso, justo un día antes de finalizar la entrega de los papeles.
Pasan quince días y no tienen noticias del concurso, de repente llega un sobre bien grande, con unas letras muy coloridas que decían que Luis era el ganador con su mamá de la receta y que tenían que irse para Guayaquil a recibir el diploma y el premio.
Van a la gran fábrica donde Luis había estado con sus compañeros del colegio, en el lugar habían muchas personas, todas muy elegantes y que estaban esperando a que ellos llegaran, porque eran los ganadores.
Una señora comienza a leer los nombres de todos los participantes y dijo que todas las recetas habían estado muy buenas, pero que la de Chocolate les había llamado mucho la atención por los ingredientes, y sobre todo por uno en especial que le ponía su abuelita, que era el amor con el cual la había creado para sus hijos y para sus nietos.
Mientras la señora leía todo esto, entraba el Sr. Ochoa al lugar, él miró a Chocolate y lo invitó a pasar adelante para darle el premio que él tanto quería.
En ese momento, el Sr. Ochoa dijo que él era el dueño de la plantación donde Luis y su familia habían crecido, que siempre lo había visto desde niño como trabajaba y cosechaba con el cacao, pero ellos no sabían que él era el dueño.
Un sueño cumplido
Chocolate recibe el premio, el que le entrega a su mamá para curar a su papá y que él pueda volver a caminar sin problema.
El Sr. Ochoa entrega el premio y le dice además a la mamá de Chocolate que lo va a ayudar en sus estudios para que pueda ser un gran profesional, Jacinto se pone mejor y comienza a caminar y trabajar de nuevo.
Hoy, Luis ya está grande y fue a un gran colegio y universidad donde siguió aprendiendo como cosechar el cacao y hacer nuevas bebidas. Puso su fábrica de chocolate en la hacienda donde creció y, ahora le está ahora enseñando a su hijo, los mismos secretos del chocolate que le enseñaron sus padres cuando él era niño.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Escrito por: Arq. Carlos Castro Molestina.
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