La fidelidad conyugal, como el amor, es, ante todo, una iniciativa y un don de Dios.
La fidelidad conyugal es uno de los pilares fundamentales del matrimonio. La ética conyugal y la fidelidad están intrínsecamente relacionadas, ya que ambas se refieren a principios y comportamientos que sustentan la integridad y la armonía dentro del matrimonio.
La fidelidad es esencial para que los esposos lleguen a ser un solo corazón, ya que les permite construir una relación basada en la confianza, el respeto, la intimidad y el amor maduro.
Jesucristo nos presenta un ideal de fidelidad y pureza que va más allá de las normas sociales y religiosas de su tiempo. En el Sermón de la montaña dijo: “Pero Yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5, 28). Con estas palabras, el Maestro dejó claro que la fidelidad conyugal comienza en el corazón y en la mente, no solo en las acciones externas. Nos llama no solo a ser fieles, sino “finamente fieles”.
La lealtad no se limita a evitar la conducta sexual fuera del matrimonio (adulterio físico), sino que también implica mantener la pureza en nuestros pensamientos y deseos. Se incluye la intención de proteger la relación en todos los aspectos, no solo en las acciones visibles.
Otros tipos de infidelidad conyugal
Considero muy importante poder hablar en el presente artículo de otros tipos de infidelidades (quizá “menos graves”), y que muchas veces las dejamos pasar, pero es esencial tomarlas en cuenta para fortalecer la relación conyugal y honrar el pacto matrimonial.
Revisemos algunos otros tipos de infidelidades, que también fracturan la llamada de los
esposos a ser un solo corazón:
Al ser conscientes de estas posibles infidelidades, la pareja puede trabajar junta para construir una relación más sólida y amorosa. Esta perspectiva subraya la importancia de la pureza y la integridad en todos los aspectos de la vida conyugal.
Ser fiel significa poner al cónyuge y al matrimonio como prioridad. Esto implica dedicar tiempo, esfuerzo y atención a la relación, asegurando que el matrimonio siga siendo una prioridad a pesar de las distracciones y desafíos de la vida diaria.
A partir de lo leído en este artículo que cada uno pueda pensar: ¿qué tan fiel le estoy siendo a mi esposo/a? Mirar dentro de sí mismo, examinarse, y reconocer las propias acciones, pensamientos y deseos, reconociendo su importancia para la fidelidad conyugal.
Recomendación musical: Para complementar nuestra reflexión recomiendo escuchar “Tentación” de José Luis Perales. Esta canción refleja las pruebas de la fidelidad conyugal y nos recuerda el gran valor de la lealtad en una relación. Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=xbwmNuyMdOw
Escrito por: Katherine Zambrano Yaguana, Ph. D. Esposa, madre, miembro del Grupo San Lucas para la formación en temas bioéticos de la Arquidiócesis de Guayaquil.
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