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Es importante que padres y la escuela trabajen en conjunto para inculcar valores en los chicos.

Definitivamente, los principales educadores de los niños son sus padres. Sin embargo, teniendo en cuenta la gran cantidad de horas que los niños pasan en las escuelas y colegios, desde muy pequeñitos, no se puede dejar en el aire la formación que reciben aquí.

La principal misión de la escuela es nutrir a los niños y jóvenes de conocimientos, herramientas y habilidades que los preparen para la vida profesional. Esta instrucción, que debe ser teórica y técnica, les facilitará acceder a una carrera universitaria a fin de trabajar basándose en sus talentos y aspiraciones e insertarse en el mercado laboral.

educaciónNo obstante, no podemos dejar de lado la función social que cumple la escuela. En ella los pequeños tienen la oportunidad de socializar con niños y adultos fuera del entorno familiar. Es en esta práctica en la cual se ponen en juego los valores y habilidades sociales que el niño recibe en su casa y que tendrá la oportunidad de reforzar con diversas situaciones a lo largo de su vida estudiantil. Por ello es importante que los padres tengan la libertad de escoger un colegio, cuyos valores institucionales comulguen con los que ellos viven en sus hogares.

Si bien la mayoría de colegios coinciden en promover valores universales como el respeto, la honestidad y la obediencia; cada institución educativa pondrá acento en otros para ir forjando el perfil del alumno que quieren formar. Alguna, favorecerá la creatividad y el emprendimiento, teniendo en mente futuros empresarios. Otra pondrá acento en la disciplina y el orden dando énfasis en formar ciudadanos de bien. O tal vez se buscará incentivar la empatía y la confianza, para forjar personalidades capaces de comprometerse en ayudar a los demás.

Trabajemos juntos

Para determinar qué valores trasmite la institución educativa a la que nuestros hijos asisten, o a la que queremos que asistan en el futuro, debemos tener claro que estos se pueden trasmitir y reforzar por muchos medios. Por ejemplo:

Una clase específica en la que se suele abordar directamente un problema cotidiano y plantear soluciones a la luz de las virtudes y valores que deben regir la vida de los estudiantes y futuros ciudadanos.

Actividades extracurriculares que involucren a la comunidad educativa como: mingas para motivar el valor del orden y cuidado del medio ambiente, proyectos sociales para favorecer la solidaridad, ferias de investigación y emprendimiento para incentivar la creatividad, etc.

Y lo más importante, las acciones, actitudes y mensajes de quienes forman la comunidad educativa. Desde el director que muestra apertura para conversar, el trato cercano con los maestros y personal administrativo, etc.

Todo esto inculca en nuestros hijos una imagen de cómo deben vivirse los valores que reciben en el hogar. No nos conformemos con ser meros espectadores de este proceso. Analicemos qué queremos dejarles a nuestros hijos para el futuro y trabajemos de la mano con los colegios y escuelas para lograrlo.

 

Por: Psic. Inés Cobo de Gilbert

Directora Ejecutiva Sir Thomas More

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