Para que una familia sea unida y fuerte, es fundamental que se inculque el respeto.
Así como las edificaciones deben cimentarse sólidamente para que sean estables, la familia, que es el núcleo más pequeño de la sociedad, también debe construirse sobre pilares fuertes como el respeto.
El respeto en la familia no es más que considerar al otro y entenderse para propiciar un ambiente de armonía siendo capaces de seguir un conjunto de normas de convivencia. Este conjunto de normas de convivencia debe ser consensuado por quienes inician una familia y transmitido a los hijos, para que ellos desde temprana edad las acojan y ejerciten. Es la familia el primer lugar donde los niños deben aprender y practicar el respeto para posteriormente llevarlo a cualquier otra relación fuera del círculo familiar.
¿Cómo fomentar el respeto?
A continuación, les comparto algunos puntos interesantes a considerar para fomentar el respeto familiar:
Corregir entre los padres y en los hijos cualquier conducta soberbia, autoritaria y/o violenta
Uno de los principales enemigos del respeto es la soberbia. Esto favorece que la persona se crea superior a los demás, creyendo que todo debe girar en torno a ella y despreciando a los demás.
Poner límites claros y sencillos para la vida en familia
Un ambiente muy tolerante y permisivo tiene efectos negativos en las relaciones familiares y sociales presentes y futuras. Por ejemplo: se debe establecer como debe ser el trato entre el uno y el otro, la forma de cuidar las pertenencias propias y de otros, etc. Poner límites pre-establecidos es la mejor forma en que los padres pueden ayudar a sus hijos a aprender y respetar el mundo que los rodea.
Permitir que los hijos vayan adquiriendo su propia autonomía y aprendizajes de vida, es respetarlos como seres humanos en evolución
No evitarles sufrimientos o darles todo hecho, hay que hacer a los hijos para el camino y no hacer el camino para ellos. No se trata de dejar a los hijos solos ante el peligro, se debe proteger cuando es necesario, pero con moderación y sin sobre protección.
Darle el tiempo justo y necesario al trabajo para obtener el sustento familiar y no sobreponerlo a la convivencia familiar
Para empezar, hay que darles el valor real y necesario a las cosas dentro de la familia. El trabajo es importante no sólo para conseguir un sustento, sino para contribuir al progreso social y al bien de toda la humanidad. El trabajo puede estar fuera o dentro de casa, ambos son trabajo. Pero cuando el mismo tiene preso a uno de sus miembros o dificulta la convivencia familiar, estamos irrespetando y atacando a nuestra familia.
Por eso hay que intentar tener un equilibrio, trabajar en equipo y organizarse, mucho más en estos tiempos en los que tanto el padre y la madre trabajan fuera del hogar y al retornar deben continuar haciéndolo dentro del mismo, para no quitarle el tiempo necesario y de calidad a los hijos.
Fomentar valores y virtudes en la convivencia diaria e ir formando en lo ordinario
La práctica continua de virtudes como la generosidad, la empatía, la solidaridad, la justicia, la puntualidad hacen que se vayan fomentando en los niños el respeto a los demás. La ausencia de estos hace que las personas basen todos sus objetivos en conseguir bienes materiales, a costa de lo que sea, para satisfacer sus propios deseos y caprichos, sin tomar en cuenta a los demás.
El respeto no debe ser exigido sino inspirado
Si pretendemos imponer el respeto con violencia y/o castigos no tendremos resultados positivos. El respeto nace de la admiración y eso solo se consigue siendo coherentes con las creencias y virtudes que profesamos. Solo de esta manera, dentro de las familias, se podrán formar nuevas generaciones que se respeten a sí mismos y respeten a los demás.
Escrito por: Arq. Paula Avalos de Romero. Correo: avacomn@gmail.com
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