«¿Van a casarse? ¡Tan pronto!». 4 tips para jóvenes que piensan cometer la tremenda (y divina) locura del matrimonio.
Me he topado con un video maravilloso en el canal en YouTube de la Fundación Gospa Arts. Es la historia de Pachu y Rubén, una pareja que afirma haber cometido la tremenda locura de casarse jóvenes y que ahora cuentan con una gran familia.
Fruto de un profundo y bendecido amor, decidieron casarse jóvenes cuando tenían solo 25 años, cosa que no parece muy común en la actualidad. A pesar de las críticas que recibieron de sus círculos más cercanos, enfrentaron con gran seguridad una decisión que, ahora reconocen, sería la más importante de sus vidas.
A lo largo de esta entrevista, hubo algunas frases que me hicieron reflexionar. Frases sobre la importancia de permanecer constantemente atentos y abiertos al amor que Dios nos quiere brindar a través de nuestra pareja, cuando hemos sido llamados a la vocación del matrimonio.
Estas reflexiones han sido para mí un recordatorio del gran esmero que Dios ha puesto por fomentar en nosotros, los matrimonios, un camino a la santidad conjunta. Viendo sus frutos en la familia de Pachu y Rubén, me he animado a compartírselas.
«Al final, lo importante era estar el uno con el otro»
¿Cuántas veces nos hemos alejado de las propuestas de Dios pensando que no tenemos todo lo necesario para aceptarlas? Estoy segura de que todos lo hemos experimentado en más de una ocasión.
Especialmente esta pareja compartía que, a veces, se piensa necesario tener ya una planeación de años para poderse casar. Pero, en realidad, lo importante no es eso. No es lo material, sino el estar juntos bajo la bendición de Dios.
Creo que este mensaje aplica en muchas otras ocasiones también… especialmente cuando damos mayor prioridad a cosas que realmente no lo valen. O cuando dudamos en depositar nuestra plena confianza en Dios, siendo que Él mismo nos ha llamado a seguirlo.
«¿Por qué tenemos que esperar? En Manos de Dios, ahora mismo»
Es una realidad que a veces las «esperanzas» del mundo nos hacen pausar y alargar nuestro propósito divino. Como hijos de Dios, estamos llamados a confiar en Él como un Padre bondadoso que vela por nuestro bienestar. Incluso cuando no podamos comprender las formas en que lo hace.
Siempre hay que recordar que, a pesar del mundo, nuestra esperanza está en Él.
«Nuestro ingrediente secreto es la alegría»
«Muy contentos, aceptamos lo que Dios quiere de nosotros». Esto me pareció de lo más lindo. Un claro ejemplo de lo que la búsqueda de la santidad debe ser.
Quizás también un resumen de las dos frases anteriores. ¿Qué nos podría hacer más felices que hacer la Voluntad de Dios? Difícilmente, teniendo el Cielo como meta, podría encontrar otra respuesta.
El secreto final al casarse
Por último, la entrevista ha cerrado con una importante lección para todos nosotros. Pachu y Rubén, han afirmado con seguridad que la columna vertebral de su bella y gran familia es Dios.
«Cuando entramos al colegio, lo primero que hacemos es orar en la capilla. El pilar es ese, ver más allá de lo que yo quiero», nos dicen. Y aceptar que hay un propósito más grande para cada uno de nosotros.
Escrito por: Myriam Ponce, vía Catholic-Link.
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