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Conoce varias recomendaciones que te ayudarán a vencer cada prueba que atraviese tu matrimonio.

Los problemas son parte de nuestras vidas. La felicidad no se mide por el número de conflictos que tengamos, sino por la manera en cómo los afrontamos. En la vida matrimonial y en cualquier relación humana no nos deben extrañar las dificultades, las diferencias de parecer, las peleas e inconformidades.

Lo más importante es saber enfrentar esas dificultades en tu matrimonio, de tal modo que se conviertan en ventajas, en ganancias, antes que en motivo de división y discordia. En eso consiste el arte de amar. El amor es una tarea, no algo ya logrado. Los esposos son dos personas diferentes, pero están llamados a ser “un solo corazón”. Con respecto al tema de la unidad conyugal, un esposo dijo: “tú y yo nos hemos convertido en una sola cosa. Cuando te hiero o te ofendo, me hiero y ofendo a mí mismo”.

No solo hay que desear amar al cónyuge, sino hay que “empeñarse” en esa tarea. La vida matrimonial está llena de oportunidades para ejercitar el amor. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, los esposos han de poner de su parte en luchar contra el propio egoísmo y soberbia, que son el cáncer de la vida conyugal. Una persona egoísta ve a su cónyuge como un objeto para satisfacer su propio egoísmo o como un estorbo que le impide realizar “sus planes”.

Existe una diferencia abismal entre el vivir dictado por el egoísmo y el vivir dictado por el amor. Debemos aprender a reconocer los signos de nuestro propio egoísmo, y trabajar para que salga y gane más el amor. Hemos de conocer y escuchar los deseos del cónyuge, cuáles son sus preferencias, sus necesidades, escuchando sus puntos de vista… No olvidemos que el que de verdad ama evitará lo que al otro le hace sufrir y fomentará lo que al otro le hace feliz.

 

El amor es comprensivo

El primer acto de amor para con el cónyuge es aceptarle tal como es, sin pretender amar un “ideal” de aquella persona. La perfección en esta vida es imposible. Somos limitados, cometemos errores y, por ello, no podemos decir que existe el “cónyuge perfecto”. Es importante pensar en los propios defectos y trabajar en las virtudes que nos faltan ejercitar. Eso será un gran estímulo para el cónyuge. Lo que se necesita es aprender a construir una relación basada en la paciencia, el respeto y la ternura.

 

El diálogo es clave

Los esposos necesitan dialogar, cuanto más mejor. ¡No se griten ni ofendan cuando haya desacuerdos! Hay que escuchar “desde dentro”, poniéndose en el lugar del otro y con gran respeto. El clima del diálogo requiere de humildad y amor. Los esposos han de hablar de los problemas, de lo que les preocupa, de lo que incomoda a cada uno, expresando los sentimientos y emociones, y hablando de todo lo que puede ir mejor. Centrarse primero en un tema y luego pasar a otro. Intentando buscar soluciones que beneficien a ambos.

Saber perdonar y saber pedir perdón

Fuimos al matrimonio con buena voluntad, con deseos de hacer feliz al esposo/a, pero a causa de las diferencias y los defectos personales, es inevitable que existan los conflictos e incomprensiones. El medio más eficaz para enfrentar todo esto es saber perdonar y saber pedir perdón (de corazón y con sinceridad). Y cuanto antes mejor. Y sin extrañarnos de que volvamos a caer. El perdón madura la unión conyugal, es un gran acto del amor verdadero.

 

 

¿Quién debe empezar la reconciliación?

Todo lo mencionado antes suena bien, pero seguramente pensamos que es el otro el responsable de dar el primer paso. Pero, ¡debes empezar tú! Cuando uno cambia, todo cambia a nuestro alrededor. Con generosidad y constancia alcanzarás grandes cosas. No se puede lograr lo grande sin esfuerzos. Tu matrimonio espera una entrega más generosa de tu parte. Entonces: ¿quién debe tomar la iniciativa? Aquel que ame más, es decir, el que esté más dispuesto a darse y sacrificarse por su matrimonio.

Lo más importante en la vida es que: lo más importante sea lo más importante. Para los casados lo más importante, “lo prioritario”, es el cónyuge. Piensa lo siguiente: ¿Qué importancia le estoy dando a lo que debería ser lo más importante de mi vida?

 

Recomendaciones

Presentamos, finalmente, una serie de recomendaciones que si se llevan a la práctica pueden resultar medios eficaces para solucionar o evitar los conflictos de pareja:

  • Cuando tengas que corregir hazlo con amor y delicadeza.
  • Evita recordar y mencionar los errores del pasado.
  • Recuerda que ante todo y sobre todos está tu cónyuge.
  • Hazle halagos, comentarios amables y gratos de amor.
  • Busquen espacios a solas para nutrir más el amor.
  • No esperen al día siguiente para hacer las paces.
  • Intenta pensar bien de lo que haga o diga sobre ti.
  • Ten frecuentes actos de servicio con tu cónyuge.
  • No le compares con otras personas.
  • No envidies a otros matrimonios que crees que van mejor.
  • Expresa tu amor frecuentemente y con creatividad (una canción, flores, etc.).
  • Pese a las dificultades guardar siempre la lealtad y la fidelidad.
  • Enfócate más en “dar” que en “recibir”.

Nota: Cuando los cónyuges sienten que no pueden por sí mismos solucionar sus dificultades, sería importante buscar la ayuda de una persona cualificada que les pueda orientar de forma adecuada.

 

Escrito por: Katherine Zambrano de Escobar, Ph. D., Doctora en Educación. Máster en Ciencias del Matrimonio y la Familia. Máster en Pastoral Familiar y Orientadora Familiar.

 

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