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A partir del ejemplo de Jesús recogido en el Evangelio, el Papa Francisco explicó que todo pastor debe tener presente tres verbos para su labor.

El Santo Padre explicó, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, que los tres ejes de la enseñanza del Señor son: Ver, tener compasión y enseñar. “El Evangelio de hoy nos narra cómo los apóstoles, tras su primera misión, regresaron donde estaba Jesús y le contaron todo aquello que habían hecho y que habían enseñado”, señaló Francisco. Explicó que los apóstoles, después de la experiencia de la misión, tenían necesidad de descanso. Jesús, lleno de comprensión, se preocupa de ofrecerles un poco de alivio y dice:

Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco

Sin embargo, “en esta ocasión la intención de Jesús no se puede llevar a cabo, porque la multitud, intuyendo el lugar solitario adonde se dirigía con la barca junto con sus discípulos, llegaron al lugar antes que ellos”. “Eso mismo también puede suceder hoy”, aseguró. “A veces no logramos realizar nuestros proyectos porque surge un imprevisto urgente que modifica nuestros programas y que exige disponibilidad hacia las necesidades de los demás”.

Cuando se produzca esa circunstancia “estamos llamados a imitar todo lo que hizo Jesús: ‘Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas’. Es en esa frase en la que se muestras los tres verbos que deben guiar toda acción pastoral: ver, tener compasión, enseñar. “Los podemos llamar los verbos del Pastor”.

Por otro lado, “su compasión no indica simplemente una reacción emotiva frente a una situación de inquietud de la gente, sino que va más allá: es la actitud y la predisposición de Dios hacia el hombre y su historia. Jesús se presenta como la preocupación y el cuidado de Dios por su pueblo”. Además, “puesto que Jesús se conmovió al ver a toda aquella gente necesitada de guía y de ayuda, podríamos esperar de Él que hiciera algún milagro. Sin embargo, se puso a enseñarles, a enseñarles muchas cosas”.

“He aquí el primer pan que el Mesías ofrece a la multitud hambrienta y necesitada: el pan de la Palabra. Todos nosotros tenemos necesidad de palabras de verdad que nos guíen y que iluminen nuestro camino. Sin la verdad, que es Cristo mismo, no es posible encontrar la orientación correcta en la vida”.

Por el contrario, “cuando nos alejamos de Jesús y de su amor, nos perdemos, y la existencia se transforma en decepción y en insatisfacción”.

Vía Aciprensa.

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