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Pese a los beneficios, el uso de videojuegos también comporta ciertos riesgos, como es el caso de la adicción.

Cada 29 de agosto se celebra el Día Mundial del Videojuego, una fecha dedicada a reconocer y disfrutar de la influencia de los videojuegos en la cultura contemporánea. Por ello, a propósito de esta fecha es importante reflexionar sobre el impacto que esta forma de entretenimiento tiene en la sociedad.

Los videojuegos, que han evolucionado de simples pasatiempos a complejas obras de arte digital, ofrecen una variedad de beneficios, pero también presentan ciertos desafíos que no deben ser ignorados.

 

 

Beneficios de los videojuegos

De acuerdo con Oliver Serrano León, director del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria de la Universidad Europea, los videojuegos han demostrado ser una herramienta eficaz para el desarrollo de habilidades cognitivas.

“Estudios recientes han revelado que juegos de estrategia, por ejemplo, pueden mejorar la flexibilidad cognitiva, una capacidad esencial para la resolución de problemas y la adaptación a situaciones nuevas. Además, la coordinación mano-ojo se ve notablemente mejorada a través de la interacción constante con los controles del juego”, explica.

En el ámbito social también tienen ventajas pues los videojuegos multijugador en línea han roto barreras geográficas, permitiendo que personas de diferentes partes del mundo trabajen en equipo para alcanzar objetivos comunes. Esta interacción puede contribuir a desarrollar habilidades de comunicación, liderazgo, trabajo en equipo y cooperación.

El experto de la Universidad Europea también señala que en el mundo de los videojuegos
existen diversos tipos de jugadores, cada uno con sus propias motivaciones y enfoques al momento de jugar. Los «achievers», por ejemplo, son aquellos que buscan logros y recompensas dentro del juego, mientras que los «explorers» se sienten atraídos por descubrir y experimentar nuevas cosas en el entorno virtual. Por otro lado, los «socializers» valoran la interacción con otros jugadores, y los «killers» disfrutan de la competencia y la superación de retos.

Esta diversidad de estilos refleja cómo los videojuegos pueden ofrecer experiencias
personalizadas que se adaptan a las preferencias de cada individuo, haciendo que el acto
de jugar sea una experiencia rica y gratificante para muchos.

 

 

Riesgos

Sin embargo, como con cualquier otra actividad, el uso excesivo de videojuegos puede conllevar ciertos efectos adversos. Aunque se ha hablado extensamente sobre la adicción a los videojuegos, es importante abordar el tema con una perspectiva equilibrada. Si bien la Organización Mundial de la Salud reconoce el «trastorno por uso de videojuegos», es fundamental recordar que todavía no se reconoce en la última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM).

Además, el contenido violento de algunos videojuegos ha generado preocupación sobre su impacto en la agresividad, aunque la relación causal no está completamente establecida y sigue siendo objeto de debate académico.

No obstante, la adicción a los videojuegos es un problema que puede surgir y que se caracteriza por ciertos síntomas como la dedicación excesiva al juego, pérdida de interés en otras actividades y problemas en las relaciones personales. Un estudio de Lemmens et al (2011) resalta que la falta de control sobre el tiempo de juego y su priorización sobre otras responsabilidades son señales de alerta.

“Es esencial que los padres busquen ayuda profesional si el juego empieza a interferir con la vida diaria del niño o adolescente, afectando su rendimiento escolar, interacciones sociales o sueño”, añade el experto.

En definitiva, los videojuegos pueden ser una fuente de entretenimiento y desarrollo personal cuando se utilizan de manera equilibrada, incluso se ha probado que tienen beneficios en la rehabilitación de pacientes con lesiones cerebrales y en la mejora de la atención en niños con TDAH. Aun así, es fundamental prestar atención si la actividad en exceso se convierte en un problema. La clave está en que los padres y jugadores deben estar conscientes de la importancia de establecer límites saludables y diversificar las actividades diarias.

 

 

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