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Existen vitaminas que deben incluirse en la dieta para evitar riesgos al futuro bebé. Los invitamos a conocer cuáles son. ¡Comparte!

Siempre se dice que la mejor forma de obtener todas las vitaminas y minerales necesarios para una buena salud es a través de la dieta, pero puede no ser suficiente y menos durante el embarazo, una etapa en la que se necesita una aportación extra de algunos micronutrientes para prevenir problemas en el futuro bebé.

Datos de la OMS indican que 7 de cada 10 mujeres no se alimentan adecuadamente y 3 de cada 10 no cambian su dieta durante la gestación, lo cual puede llegar a ser grave porque, en esa etapa, se dispararán las necesidades de algunas vitaminas y minerales.

No se trata de comer más, sino de comer mejor. Por eso los estudios científicos avalan la necesidad de suplementar la dieta para prevenir un déficit de ciertos elementos que podrían retrasar provocar en el crecimiento intrauterino, abortos y malformaciones graves.

De ahí la recomendación de que no solo se tomen estos suplementos en el primer tercio de la gestación, sino ya antes, con el fin de tener los niveles adecuados en sangre en caso de embarazo. En cualquier caso, es importante seguir las recomendaciones que el médico especialista de sobre cómo cubrir todas las necesidades nutricionales de cada madre.

Una alimentación sana y equilibrada debe incluir abundantes frutas, verduras, cereales integrales, carnes, pescados, huevos y lácteos. Esto es algo que sabemos todos, aunque no siempre lo cumplimos. Pero, además, las mujeres embarazadas requieren altas cantidades de algunas vitaminas y minerales.

Su alimentación es un factor importantísimo para el crecimiento del feto, cuyo desarrollo depende por completo de ella , puesto que recibe todos sus nutrientes a través de la placenta.

 

 

¿Cuáles son las vitaminas que no pueden faltar en el embarazo?

Por ello, los expertos de Nutritienda.com no muestran excelentes son las vitaminas que no pueden faltar:

El ácido fólico, imprescindible

El ácido fólico es una vitamina B necesaria para todo el mundo. Los folatos son nutrientes esenciales que solo pueden incorporarse ingiriéndolos, es decir, el cuerpo humano no es capaz de sintetizarlos. Intervienen en procesos fundamentales, como la síntesis de proteínas y del ADN.

Los folatos se encuentran en los vegetales de hoja verde oscuro, como las espinacas y las acelgas, también en las col y el brócoli, naranjas y otras frutas, entre ellas el mango o las moras, frutos secos como: los cacahuetes, legumbres, especialmente las lentejas y garbanzos, carnes de ave y carnes rojas, pasta y cereales integrales, alimentos enriquecidos con ácido fólico y en suplementos dietéticos.

Se sabe que el déficit de folatos en el embarazo causa fallas en el embrión en un período crítico de formación, los días 21 a 27, cuando, probablemente, la mujer ni siquiera haya acudido a su primera cita médica. Las alteraciones que pueden derivarse de unos bajos niveles de ácido fólico pueden llegar a ser muy graves, sin embargo, todo esto es fácilmente evitable tomando suplementos de ácido fólico, estas son las recomendaciones:

  • Empezar a suplementar al menos un mes antes de planificar un embarazo, aunque algunos estudios recomiendan tres meses antes, lo recomendado es tomar 0,4 mg al día, si no hay antecedentes de riesgo que indiquen una dosis mayor.
  • Continuar, como mínimo, hasta el final del primer trimestre o, si el médico lo recomienda, durante todo el embarazo.
  • Tomar el suplemento de forma diaria e ininterrumpida , ya que no se almacena.

 

 

Vitamina A

Su déficit puede causar parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer. En el embarazo, no hay una mayor demanda de vitamina A de la habitual y sus niveles no se ven especialmente alterados, con lo que una dieta equilibrada suele ser suficiente.

Aunque la vitamina A se encuentra en altas dosis en el hígado de los animales, no conviene ingerirlo en esta etapa. Se puede conseguir consumiendo huevos, leche, mantequilla, vegetales y frutas con colores vivos, como: mango, melocotón, albaricoque, calabaza, zanahoria, tomate y pimiento. También en espinacas, acelgas y canónigos.

 

 

Vitamina D

Una de sus funciones es contribuir en la correcta absorción del calcio y el fósforo. Se puede obtener vitamina D a través de alimentos o en productos fortificados con ella, como leches especiales, bebidas vegetales y zumos.

El cuerpo produce vitamina D cuando se recibe sol (no a través de un cristal) siendo esta la principal fuente de absorción de esta vitamina, pero las nubes, la contaminación y la piel oscura reducen su producción; por otra parte, la exposición a los rayos UVA tampoco puede ser excesiva y siempre ha de ser con protección.

Los alimentos que más la contienen son: pescados azules, como: las anchoas, el atún, el arenque, sardinas, caballa y salmón, yemas de huevo, lácteos y si uno quiere darse un lujo, el caviar y las angulas.

 

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Vitaminas C y E

Las necesidades de estas dos vitaminas antioxidantes aumentan durante el embarazo. Su carencia puede provocar sangrados de encías, problemas de cicatrización en la piel, debilidad…

En la dieta mediterránea es raro que exista déficit, pero hay que vigilar que se obtenga los niveles recomendados con una ingesta suficiente de frutas, como: el kiwi, fresas, naranjas mandarinas o limones, pimientos rojos y verdes, brócoli, aguacates, tomates, nueces, aceite de oliva y fibra. Las mujeres embarazadas y las que están amando necesitan aumentar la dosis de vitamina C.

 

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Vitamina K

Tiene que ver con la coagulación. Se encuentra en muchos alimentos, como berzas, espinacas, lombarda, repollo, berros, brócoli, espárragos, nabo, remolacha, aceites vegetales, en frutas como: el kiwi, ciruelas, moras, peras, aguacates y arándanos, carnes magras, queso y huevos.

Los niveles con los que nace el bebé son siempre muy bajos, con independencia de que la madre tome suplementos, por lo que se les administra a todos los recién nacidos en una inyección.

 

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Las vitaminas del grupo B

Algunas de ellas son imprescindibles para obtener la energía de la comida que ingerimos y ayudan a formar glóbulos rojos, que son los encargados de transportar el oxígeno, más necesario que nunca en la gestación. Las vitaminas B son: B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6, B7 (biotina), B12 y el ya comentado ácido fólico.

Es una vitamina decisiva para el desarrollo cerebral del futuro bebé. Se encuentra en: cereales integrales, quesos, pollo, pavo, sardinas, lenguado, atún, salmón, trucha, lentejas, nueces, plátano, aguacate, maíz, arroz, pistachos y patatas.

La vitamina B12

Es esencial para una buena salud neuronal, contribuye a la formación del ADN y previene la anemia. Además, facilita la captación del ácido fólico. Se encuentra en los alimentos citados antes y también en almejas, lácteos, cereales y productos fortificados con B12.

Ácidos grasos omega-3

Aunque no sean vitaminas, merece la pena destacar que también son muy necesarias durante el embarazo. Son un tipo de beneficios de grasa que no produce el organismo y que solo se puede obtener a través de alimentos, bebidas o suplementos dietéticos que contengan omega-3.

Para las embarazadas son muy importantes porque reducen el riesgo de hipertensión, ayudan al desarrollo del cerebro del bebé, disminuyen la probabilidad de partos prematuros, mejoran el peso del recién nacido… Numerosos estudios médicos aconsejan tomar suplementos de omega-3 durante el embarazo y la lactancia.

Se encuentran en pescados grasos como el salmón, caballa, atún, sardinas, arenque, lubina, trucha, mariscos, semillas de chía y lino, quinua, nueces, alimentos fortificados con omega-3 y suplementos dietéticos.

 

 

Preparados de vitaminas y minerales

No todas las embarazadas tienen acceso a una alimentación saludable con los nutrientes necesarios; también hay muchas gestantes a las que determinados alimentos, como el pescado o las verduras, les producen rechazo. Pero incluso aquellas que llevan una dieta equilibrada carecen de los niveles necesarios de algunos elementos como el ácido fólico, el hierro, la vitamina B 12 , el yodo…

El embarazo y la lactancia son situaciones de gran demanda en las que no conviene arriesgar la salud de la madre y del bebe. Por lo tanto, los múltiples preparados aportan vitaminas, minerales y nutrientes que no se consumen en las cantidades mínimas recomendadas y que son una forma segura de evitar la anemia, la hipertensión, el retraso mental, las anomalías cardíacas… y de disminuir la tasa de abortos, partos prematuros, bajo peso y otros riesgos graves. Son una contribución eficaz y cómoda para una gestación feliz.

 

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Fuente: Nutritienda.

 

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