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Se duplica el número de niñas sin escolarizar con respecto a los niños en varias partes del mundo.

El pasado 8 de marzo, en el marco de la celebración por el Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura reveló una estadística que pone en relieve la diferencia que todavía existe entre las oportunidades que reciben las mujeres y las que reciben los hombres. Según su estudio, casi 16 millones de niñas en el grupo de edad de 6 a 11 años nunca irán a la escuela si se mantienen las tendencias actuales. Esta cifra es el doble de la correspondiente a los niños y varones y pone en evidencia la desventaja que enfrentan las niñas desde su nacimiento a causa de la sociedad que las rodea.

En el mundo árabe se encuentran las mayores diferencias entre las posibilidades de escolarización de niñas y niños. Asimismo, en África subsahariana se encuentra que 5 millones y medio de niños no tendrán acceso nunca a una educación, mientras que 9 millones de niñas se enfrentan a esta situación. En Asia meridional y occidental se puede observar una desventaja incluso más marcada: 1 millón de niños de esa zona nunca asistirán al colegio, en comparación con los 4 millones de niñas que no recibirán educación.

Los más afectados son los que viven en pobreza o conflicto, así como los pertenecientes a minorías.

Los más afectados por dificultades al intentar acceder a una educación son los jóvenes que viven en pobreza, conflictos civiles o aquellos que pertenecen a minorías: lingüísticas o raciales. Uno de los problemas más comunes que se puede observar en estos grupos es la deserción escolar. Pese a la cantidad de niños que atienden los colegios ha aumentado en los últimos años, las cifras que corresponden a la cantidad de menores que abandonan sus estudios para trabajar o casarse no han reducido.

Para comenzar a solucionar estos problemas, se espera favorecer a los países que permanecen en desventaja a la hora de asignar recursos. De la misma manera, es necesario que se ponga especial atención a los grupos que reciben menos oportunidades, ya sea por sexo, raza o capacidad económica.

Los prejuicios que llevan a su marginación son consecuencia en parte de la falta de educación, por lo que el mundo se ve sumido en un círculo vicioso hasta que se logre ofrecer escolarización a estos grupos. Para lograr esto, es fundamental ofrecerles ayuda especializada si se busca eliminar estas diferencias en las próximas décadas.

 

Fuente: Vatican News

 

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