Los niños ansiosos, al pie del árbol de Navidad, rasgando los papeles de regalos para descubrir qué hay dentro. Esta es una imagen que se repite en Navidad y Reyes Magos en muchos hogares por lo que les presentamos la regla de los 4 regalos.
Un estudio realizado por la consultora TNS para eBay sobre las tendencias de consumo en Navidad desveló que los españoles gastarán una media de 235 euros (247 dólares) en regalos para estas fechas. Obviamente, los más afortunados son los niños, a quienes les destinarán un presupuesto de 151 euros (159 dólares).
Sin embargo, esta tendencia consumista que parece haberse instaurado en las últimas décadas no es beneficiosa para los niños. De hecho, hacerles demasiados regalos a los pequeños puede llegar a ser contraproducente.
Síndrome del niño hiperregalado
En los últimos tiempos se ha apreciado una tendencia muy peligrosa para el desarrollo emocional de los niños. Bautizado como el “Síndrome del Niño Hiperregalado” es la tendencia al intento de los padres a compensar con juguetes el poco tiempo que pasan con sus hijos. Como resultado, se produce una “anestesia emocional”, el niño se vuelve caprichoso, egoísta y consumista. Está más preocupado por vanagloriarse delante de sus amigos y compañeros del colegio de la cantidad de regalos que recibieron.
De hecho, la tendencia a enfocarse en la cantidad de juguetes, más que en su calidad. Lo que revela un desconocimiento de los padres de las necesidades de sus hijos. Los juguetes y regalos son importantes en la vida del niño. Estos tienen una función precisa y no deben ser un sustituto de la atención o cariño de sus padres.
En este sentido, un exceso de juguetes provoca en los niños:
1. Una sobreestimulación.
Cuando los niños reciben muchos regalos, no disfrutan de ninguno en especial, o se decantan por el regalo que más les ha gustado, obviando el resto. El exceso de estímulos simplemente les sobrepasa, por lo que muchos de esos regalos terminarán tirados en un rincón. Cuando el niño recibe más juguetes de los que son capaces de jugar, no puede concentrarse en cada uno, por lo que no les saca el máximo provecho.
2. Pérdida de la ilusión.
El exceso de regalos puede hacer que el niño desarrolle una apatía total. Cuando el niño está acostumbrado a recibir muchos presentes, considera que es una obligación de los padres. Así, este pierde la ilusión que normalmente implica recibir un regalo y descubrir su contenido. Por tanto, de cierta forma, en vez de embellecer su infancia, le estamos robando una de las emociones más bonitas.
3. Bajo nivel de tolerancia a la frustración.
Los padres que le dan a sus hijos todo lo que desean, sin explicarles el sacrificio que se esconde detrás de cada regalo, contribuyen a generar una actitud egocéntrica, de forma que los niños no aprenden a lidiar con los reveses y la frustración, una capacidad esencial para la vida.
4. Limita la fantasía.
El exceso de juguetes termina provocando aburrimiento y mata la fantasía. De hecho, aunque los niños necesitan juguetes para desarrollar tanto sus habilidades motoras como cognitivas, no podemos olvidar que también se puede jugar sin juguetes, y es precisamente en esos momentos, cuando no hay un guión preestablecido, cuando más se desarrolla la creatividad.
5. Desarrolla antivalores.
Cuando los niños reciben demasiados juguetes o regalos, les restan valor, no comprenden en su verdadera magnitud el esfuerzo que probablemente han tenido que hacer los padres. Como resultado, pueden desarrollar actitudes consumistas y profundamente egoístas.
La regla de los 4 regalosLa solución no es hacer que los niños prescindan de los regalos, sino obsequiarles menos presentes, que realmente puedan disfrutar durante el mayor tiempo posible. Para lograrlo, puedes seguir la regla de los 4 regalos:
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Ver más allá de los regalos
Aprovechemos esta época de ilusión y alegría para enseñarles a los niños a valorar otras cosas más allá de los regalos. Háblale de otros niños que no tienen tanto como ellos y anímale a donar algunos de los juguetes que ya no usa y que estén en buen estado.
Además saca provecho a estas fechas para pasar tiempo juntos. En vez de comprar tantos regalos, planifica actividades de ocio en familia, como ir al cine, al teatro, al zoo o simplemente dar un paseo. Tu tiempo, es el mejor regalo que le puedes hacer. Así lo confirma este emotivo vídeo:
Vía Cultura Inquieta