Muchas madres se preguntan por qué a sus hijos les gusta vivir en el desorden. La respuesta es muy sencilla: ordenar es aburrido, es una orden, y significa que el juego se acabó. La realidad es que ser desordenado es mucho más fácil, y más aún si le agregamos una mamá que se rinde fácilmente y termina recogiendo los juguetes.
Pero entonces, ¿cómo logro que ordene? Primero debemos cambiar la idea que tienen los niños sobre mantener el orden de sus cosas. Ordenar no es un favor que piden los padres, es una responsabilidad, y debe convertirse en parte de la rutina al igual que bañarse o cepillarse los dientes.
Pautas para mantener el orden:
- La exigencia del orden debe ser equilibrada. No exijamos que la habitación quede perfecta, ya que lo único que lograremos es que el acto de ordenar se convierta en un momento de desagrado.
- Las órdenes deben ser concretas y claras, debido a que su percepción del orden es muy diferente a la tuya. Evita decirle frases como: “ordena tu habitación”. Más bien reemplázalas por órdenes más concisas como: “coloca los carritos en la caja y los libros en el estante”.
- La habitación debe estar, en lo posible, adecuada de tal manera que al momento de colocar las cosas en su lugar sea menos complicado. Una excelente idea es colocar pequeñas imágenes en los cajones que indiquen lo que debe ir dentro para que los niños pueden clasificar sus cosas y ordenar fácilmente.
- Cada juguete debe tener un lugar específico. Cuando los niños toman conciencia que sus cosas tienen su propio espacio, aprenden a darles mayor valor, por lo tanto las cuidarán mejor.
- Evita el amontonamiento de juguetes, anímalo cada cierto tiempo a escoger algunos muñecos para donar a la caridad, o para regalar a ese primito menor que tanto quiere. Además de conseguir mayor espacio en la habitación, le estarás enseñando a pensar en los demás.
- Procura no utilizar el típico cesto gigante para guardar los juguetes, ya que siempre tendrán que sacar todo para alcanzar lo que desean. Si es posible reemplázalo por pequeñas cajas donde puedan clasificar sus pertenencias.
- Reconoce y valora sus logros. Si sabemos que a nuestro pequeño le cuesta mantener el orden en su habitación, procura felicitarlo por sus pequeños avances (colocó sus zapatos en su lugar). Con esto lo incentivarás a mejorar. Estos reconocimientos deben ser mediante muestras de alegría y aprobación., nunca mediante recompensas materiales.
Finalmente, mantener el orden es una tarea que requiere de mucha paciencia y tiempo. No desesperes, ni te rindas. Se constante y firme, así lograrás desarrollar en tus hijos un hábito saludable. El cual si es instaurado de forma correcta, seguramente, conservarán el resto de su vida.
Por: Belén Proaño Serrano
Máster en Atención Temprana