“El lenguaje es el vestido de los pensamientos”. Samuel Johnson
¿Te gustaría tener una manera ideal de mostrar una disposición adecuada para que tus hijos te tengan absoluta confianza?
El diálogo es una parte importante para la socialización y expresión de nuestras necesidades, emociones, inconformidades, etc. Por lo tanto, una buena comunicación facilita la interacción en nuestro entorno familiar dando paso a la contención y solución adecuada en momentos de conflicto.
Seamos UNA SOLA familia
Para esto es importante dedicar espacios donde podamos compartir. No dejar solo el fin de semana para acercarnos a nuestra familia, sino aprovechar los momentos como la hora de comer en donde estamos todos reunidos y puede ser de gran ayuda para intercambiar nuestras experiencias. Mientras se está en el comedor es mejor hablar de temas agradables, dado que estamos supliendo una necesidad básica que es la alimentación, no queremos que este preciso momento (necesario en la vida de todo ser vivo) sea asociada con situaciones de desagrado, sermones o disgustos.
Recordemos que la comunicación no solo implica la parte verbal, nuestros gestos y nuestros silencios también hablan por nosotros. De ahí la importancia de que seamos coherentes en lo que hablamos y en lo que decimos con nuestro cuerpo. Esto beneficiará a los que están a nuestro alrededor y a nosotros mismos; ya que tener expresiones positivas con una conexión en el lenguaje no verbal nos ayuda a generar sustancias beneficiosas para nuestra salud emocional.
En “familia” existimos todos
Para que nuestra comunicación sea óptima debemos hablar no solo de nosotros, sino también considerar los intereses de nuestros familiares. Es importante tener claro que no se trata de esperar nuestro turno para hablar, más bien de optar por una postura de escucha activa, que implique una contención hacia la expresión emocional de nuestro interlocutor. Cuando no estemos seguros de haber entendido algo que el otro dijo podemos parafrasear, repitiendo y finalizar con un: “¿es así?”. Esto ayudará a que nuestro interlocutor sienta que estamos interesados por lo que nos está diciendo. También ayudará a que él se retroalimente de la conversación.
Desde que somos bebés intentamos comunicarnos con el mundo externo, somos seres sociables por naturaleza, promovamos la comunicación para tener más éxito familiar y personal. No le neguemos el diálogo a los demás. Estar callados nos aísla y el aislamiento nos puede enfermar.
Aquí les dejamos unos tips que pueden aprovechar para cuando estén en la mesa con sus familiares de forma que fluya mejor la conversación:
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Comer en familia teniendo un diálogo adecuado, ayuda a fortalecer el vínculo emocional, además proporciona riqueza en el vocabulario de los más pequeños. Entonces, ¿qué esperamos para contarnos un poco más?, no esperemos solo al fin de semana y organicemos una o dos comidas a la semana cuando todos estén en casa. Sus hijos se lo agradecerán.
Por: Carol Obando
Psicóloga Cognitivo Conductual. Trainer PNL
Presidente Ejecutivo: Talentos Obando Silva