Seré “la suegra” como resultado de mi maternidad y de mucho trabajo conmigo misma. Amo tanto a mi hijo que aceptaré todo lo que vendrá con el paquete de su felicidad.
A veces me gustaría ponerme una nota final por toda mi maternidad, y ya que soy madre desde hace tres años (¡solo!), admitirán que sería una nota bastante irreal. Como estoy solo al comienzo de mi etapa como mamá, y porque mi autoconfianza sufrirá muchos altibajos, voy a ponerme la nota final el día que me convierta en… suegra.
Sé que es un tema que es mejor silenciar diplomáticamente o resumirlo con un chiste al estilo “una suegra 10/10”. Pero, déjenme que hable en serio y de forma directa. Sí, las estadísticas dicen que hay una alta probabilidad de que, en unos pocos años, me tocará desempeñar este significativo papel. Y a ti también. Entonces nos tocará pasar la prueba práctica de madurez.
Debido a que nuestro principal objetivo como padres es proporcionar a los niños unas raíces, saludables, para que sepan quiénes son, que conozcan su identidad y tengan valores. Además, darles un par de alas para que, en el momento adecuado, puedan abrirlas y volar hacia sus sueños.
¿Una suegra de chiste? No, gracias
Sin una autorreflexión, nos convertiremos en el cliché de la típica suegra complicada. Aunque mis hijos aún llevan pañales y están lejos de pensar sobre las fechas de sus bodas, pienso mucho sobre el hecho de que ser “la suegra” no es ningún concepto que se pueda inventar e implementar cuando llegue el momento. No voy a poder improvisar nada, no podré añadir más colores al asunto cuando quiera.
Ser “la suegra” es el resultado de mi maternidad y del trabajo en mí misma, no solo cuando estoy de vacaciones. Amo a mis hijos tanto como para aceptar todas las opciones que vendrán en el paquete con su felicidad (según su concepto, no el mío). Éstas son esas alas y ese vuelo.
Soy consciente de que no pierdo a nadie y que, con 20 o 40 años, él vendrá a verme de vez en cuando para recibir una cantidad ilimitada de abrazos. Y que en su vida aparecerá alguien nuevo, alguien muy importante, que se sentirá bien a mi lado. Así de simple.
Vía: Aleteia.org