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Durante y después de la menopausia se produce una rápida pérdida de masa ósea y muscular. Por esto, al llegar a esta etapa de la vida, toda mujer debe iniciar la práctica regular de una actividad física. Caminar, bailar o todo esfuerzo de impacto suave trae grandes beneficios.

La combinación del paso del tiempo y el sedentarismo perjudican físicamente más a la mujer que al hombre. Este proceso natural genera la pérdida de masa ósea y aumenta el riesgo de fracturas, así como de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, la mujer tiende a mostrar crecimiento en la cantidad de tejido adiposo, en los niveles de colesterol y puede presentar trastornos psicofísicos.

La mejor manera de llegar a la vejez con las mejores condiciones de salud, es con el ejercicio.  Se aconsejan los ejercicios aeróbicos, paseos a pie y en bicicleta, el tenis, la carrera, el senderismo, el golf y la natación.

Efectos psicológicos

Todos los estudios corroboran que el ejercicio físico tiene una intervención directa sobre los procesos del cerebro. Inclusive se dice que este tipo de tratamiento tiene más efectividad que la psicoterapia cuando se trata de combatir males como la depresión.

Esto resulta de la liberación de endorfinas, que son sustancias generadas en el área cerebral que, naturalmente, curan el dolor y elevan el estado de ánimo. De ahí que el deporte y la actividad física pueden aliviar los síntomas de ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, poco deseo sexual y depresión, con tan solo unirse a un plan de ejercicio.

¿Cómo empezar?

Si tiene mucho tiempo de no ejercitarse o nunca lo ha hecho, lo mejor es empezar lentamente, con sesiones tres veces a la semana y con una duración de entre 20 y 30 minutos cada una.

Conforme tome condición, se puede acrecentar el esfuerzo de dos formas: incrementando el esfuerzo durante las sesiones o, bien, aumentando el tiempo de las mismas.

Para obtener un beneficio integral no debe limitarse a un tipo de ejercicio sino alternar los siguientes tres durante sus sesiones de actividad física.

  1. Actividad aeróbica


Es excelente para el sistema cardiovascular, permite obtener una mejor condición física y quemar grasa. Entre los clásicos de este tipo de ejercicio está el caminar, trotar, correr, nadar, andar en bicicleta, hacer aeróbicos, artes marciales o brincar la cuerda. Sin embargo, las actividades diarias como ir de compras, caminar en un centro comercial, atender el jardín o jugar con los niños, aportan también una cuota de beneficio aeróbico.

 

  1. Entrenamiento de flexibilidad


Los ejercicios de estiramiento protegen de las lesiones, mejoran el balance y proveen de una mayor flexibilidad a los músculos. Puede hacerlo con ejercicios como pilates, pelota suiza y yoga, los cuales resultan relajantes y son divertidos.

  1. Entrenamiento de fuerza


Este tipo de ejercicios ayudan a construir volumen muscular, resistencia y densidad en los huesos. También aceleran el metabolismo y queman calorías.Para dichos ejercicios se usan las pesas, barras y aparatos estacionarios, por lo que es recomendable que realice en un gimnasio.

 

Vía: La Familia

 

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