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Conoce la historia de Luis Antonio Ruiz, periodista ecuatoriano que luchó contra el cáncer y venció de la mano de Dios.

A veces, cuando algo terrible ha sucedido en nuestra vida, nos sentimos muy inseguros… como si nadie nos sujetara, casi como si estuviéramos cayendo al vacío sin una red de protección. Esto puede traer una sensación de mucho miedo. Pero la Biblia tiene algo que decir al respecto. Hebreos 13:5 dice: «No te desampararé, ni te dejaré…».

Esto fue lo que entendió Luis Antonio Ruiz, periodista ecuatoriano que hace unos años fue diagnosticado con cáncer Linfoma no Hodking inmunofenotipo B, y luego de una ardua batalla de la mano de Dios, su tía Gladys, su doctora Elena Pérez Cevallos y todos los que estuvieron pendientes de él durante más de 10 meses, salió vencedor y está libre de este terrible mal.

Luis Antonio dio oportunidad a Vive! de contar su historia y todo lo que aprendió luego de batallar contra el cáncer e incluso contra sus propios miedos, los cuales en varias ocasiones lo hicieron flaquear, pero fue gracias a su esperanza y fe en Dios que no se rindió.

 

 

Algo inesperado

Conversamos con Luis Antonio en un área de su amado canal Teleamazonas, del cual él es parte. Durante la conversación nos comentó sobre el golpe tremendo que fue para su familia y para él, el que le hayan diagnosticado cáncer, fue algo inesperado que a la fecha le ha dejado una valiosa experiencia de vida que lo ha cambiado por entero.

“Nunca imaginé pasar por una prueba tan tremenda. No creí que me podía pasar a mí… pero era verdad… tenía cáncer y eso significaba que tenía los días contados, sin importar lo joven que era”, cuenta Ruiz, quien tiempo después optó por viajar a Murcia España para empezar un fuerte tratamiento que en principio no le garantizaba nada.

Ruiz viajó a España solo, afrontó múltiples exámenes solo y tuvo que radicarse allá para realizar su tratamiento de quimioterapias, todo esto bajo la tutela de su doctora Elena Pérez Cevallos, cuerpo de enfermeras y demás personal del hospital al cual él debía asistir.

Su tía Gladys

Luis Antonio necesitaba de alguien que sea su gran apoyo durante la batalla contra el cáncer, y sin duda para él hubo dos pilares fundamentales por los que valía la pena luchar y no rendirse: Dios y su tía Gladys.

“Mi tía Gladys, hermana de mi mamá, lo dejó todo (hasta se jubiló) para ir a cuidarme a España. Gracias a su gran ayuda, el cáncer, enfermedad que me había quitado mucho, no pudo robarme la dignidad… doy gloria a Dios por eso”, indica Ruiz.

 

 

 

Duros momentos

El periodista ecuatoriano a quien se lo ve lleno de nueva vida y renovadas energías, respecto al tiempo de su tratamiento relata que fueron duros momentos, porque durante casi seis meses estuvo sin un diagnóstico claro, pasó por fuertes quimioterapias que le hicieron pensar en dejarlo todo y pedirle a su doctora solo un tratamiento paliativo para los dolores… pero gracias a Dios rectificó a tiempo.

“Perder el cabello, bajar de peso, que tu piel cambie de color, soportar constantes dolores y mucho más, es lo que los pacientes con enfermedades catastróficas padecemos… y todo ello nos muestra realmente los frágiles que somos y, es ahí cuando buscamos mucho más a Dios, a nuestro Padre que siempre espera por nosotros, pese a los malagradecidos que somos como hijos”, expresa Luis Antonio.

Misericordia divina y humana

Ruiz, destaca que durante todo el proceso de lucha contra el cáncer que lo aquejaba, él sintió cómo en su vida se desbordaba la misericordia divina y también la humana. Empezó a buscar a Dios en oración, rezaba el Rosario e incluso sentía un gran deseo por comunicarse con Dios (su papito como de cariño le dice), en busca de consuelo, el cual lo halló como respuesta en cada persona que le brindaba su apoyo y respaldo en los momentos más duros, entre ellos las enfermeras, doctores, personal del hospital e incluso vecinos del lugar en el que vivía.

Más que un logro científico

Luis Antonio contó que fue formado en un hogar católico y es por ello que cuando su doctora le dijo que estaba remisión completa (LIBRE DE CÁNCER), entendió que no solo era un logro científico, sino que Dios le había dado otra oportunidad de vida, y que él tenía que aprovecharla al máximo.

“Mi doctora siempre estuvo al pendiente, me animó y se convirtió en una gran amiga para mí, fue por eso que la más emocionada con los últimos exámenes donde se indicaba que estaba libre de cáncer fue ella. Doy gracias a Dios por eso, por el aprecio y dedicación de la doctora Elena… tanto la aprecio y confío en ella que estoy siguiendo al pie de la letra todo lo que ella me dijo que debía hacer, entre eso los chequeos que debo realizar cada tres meses en España, el contar con un médico siquiatra que me está ayudando en mi post enfermedad y otras recomendaciones más que me dio”, comenta Ruiz.

Sus siguientes pasos

Luis Antonio culmina la entrevista con Vive! asegurando que los siguientes pasos que dé en su vida personal y laboral estarán guiados cien por ciento por Dios, porque a Él le debe todo, es a Él a quien desea buscar más y, es con Él con quien quiere una comunicación mucho más íntima cada día. Así también, desea dejar su vida pasada de lado, perdonar a todos los que lo lastimaron y ofrecer disculpas a cada uno de los que pudo haber ofendido, demostrando con ello que es una nueva persona, llena de positivismo y que desborda la gracia y misericordia de Dios en su vida.

 

 

 

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