Desde contemplar a mamá y papá hasta sus primeros pasos: el maravilloso periodo de la infancia. Lee y aprende más.
La infancia es una etapa muy linda para los padres. La llegada de un hijo nos llena de emociones, pero también nos llena de preguntas en cuanto a su crecimiento y desarrollo. Este período es un verdadero deleite para los padres, hermanos y todas las personas alrededor de ellos.
Es el período donde vemos los cambios más importantes de la vida de un niño. La ropa les va quedando chica y percibimos nuevas habilidades y destrezas que nos sacan mil sonrisas. Nos demuestran su personalidad y nos va enseñando sus preferencias alimenticias, sus juegos predilectos y sus patrones de sueño. Nuestra memoria del celular se inunda de interminables recuerdos. Les cuento un poquito de esta etapa maravillosa.
¿Qué comprende la infancia y qué debemos esperar en cuanto al crecimiento?
Infancia llamamos desde el primer día de vida hasta el año de edad. El desarrollo físico durante el primer año de vida es impresionante. A los 5 meses, la mayoría de bebés duplican su peso de nacimiento, para los 12 meses, lo han triplicado.
Desde el nacimiento hasta los 6 meses, un bebé crece de 1.5 a 2.5 centímetro por mes. Desde los 6 a los 12 meses crece alrededor de 1 centímetro por mes. Esto es un total de 25 centímetros, es decir la mitad de lo que medía al nacer, un crecimiento que no se volverá a repetir en el resto de la vida. El desarrollo de la cabeza es un paso importantísimo, ya que el volumen cerebral se duplica durante el primer año de vida y alcanza el tamaño del cerebro de un adulto a los 2 años de edad.
¿Qué esperamos en el desarrollo?
El desarrollo implica los cambios en las habilidades motoras, cognitivas, emocionales y sociales del niño. Un ser humano tiene su desarrollo cefalo-caudal, es decir, de la cabeza a los pies. Esta es la razón del por qué en los bebés vemos un orden específico para llegar a la caminata por ejemplo alrededor del año de edad. Vemos que el niño inicia sosteniendo su cuello, posteriormente se sienta, se da la vuelta, gatea, se para, se sostiene e inicia a caminar de lado, finalmente se anima y toma sus primeros pasos. Su cuerpo ya está maduro para esta etapa del desarrollo.
Durante este primer año vemos como un niño tiernamente sostiene el dedo de mamá y termina a los doce meses comiendo con su manito y agarrando una cuchara. Su primer balbuceo termina en una graciosa manera de comunicación con un lenguaje limitado de alrededor de 20 palabritas para su año y medio de vida. Al nacimiento sonríen al ver el rostro de mamá y a papá, y alrededor del año termina socializando con más niños, imitándolos e incluso bailando.
Un bebé mira el mundo en claridad y obscuridad y finaliza viendo el mundo en colores, su capacidad visual toma pasos agigantados. La lista es muy amplia, con datos de madurez muy definidos y características que nos permiten a los pediatras determinar si el niño necesita una ayuda “extra” en algún área del desarrollo.
¿De qué depende de que un niño se desarrolle más rápido en un aspecto que en otro?
Depende de muchos factores. Cada niño se desarrolla a su propio ritmo. Hay niños que son un poco más “ágiles” en ciertos aspectos del desarrollo que en otros. No quiere decir que sea malo si otro niño no lo hace a la misma edad, simplemente tiene fortalezas en algunas áreas que otro niño desarrollará más tardíamente. Todo a su propio tiempo. Como padres y pediatras, debemos respetar los momentos de cada niño y acompañar este período sin presionar la biología natural de un bebé, sin apresurarnos ni etiquetar a los niños.
Los pediatras estamos para detectar cambios importantes que reflejan algunas enfermedades o son propias de algunas condiciones como de la prematurez por poner un ejemplo. Por ello, los controles del primer año son primordiales para optimizar una vida sana del niño. Nunca se debe comparar el desarrollo de un hijo con el de otro, cada uno de ellos es único.
La maduración es un proceso genéticamente determinado, que implica la organización gradual de las estructuras neuronales y del sistema nervioso central. El desarrollo es el perfeccionamiento de las habilidades funcionales que puede afectarse por factores ambientales ya sea dieta, estilo de vida, padres fumadores, violencia intrafamiliar, drogas, negligencia, abuso infantil, una lista interminable. Estos dos principios que menciono son fundamentales para entender que el niño madura y se desarrolla en su propio momento.
La misión del pediatra
El objetivo de un pediatra es cuidar la salud integral del niño, esto es, la salud física y mental. La salud física que comprende el crecimiento, que alcance los niños los hitos del desarrollo, direccionar si existe algún déficit, correlacionar un problema del lenguaje por ejemplo con un potencial problema auditivo.
Estamos pendientes de que todos los niños obtengan sus vacunas, las que por cierto, durante el primer año de vida, ayuda a que el niño se proteja contra 15 diferentes enfermedades y muchas de ellos potencialmente mortales. Por último, nos ocupamos del bienestar mental de nuestros pacientes pequeñitos, que sean amados, respetados, cuidados y atendidos en cada una de sus necesidades físicas y emocionales.
Escrito por: Carolina Salvador, Pediatra. Teleconsultas: 0999720217. IG: @pediatricsuio
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