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Nuestros hijos son vulnerables a los miedos causados por muchas situaciones, siendo una de las principales la actual pandemia que vivimos.

En días de una pandemia o accidentes naturales, el desafío de gestionar los miedos
de los hijos se hace más difícil, porque nuestros propios miedos están a flor de piel.

¿Quién puede no tener miedo en medio de una peste o terremoto? Solo quien se
siente 100% protegido y allí está una de las primeras pautas para abordar el temor
en nuestras vidas. ¿En qué sostenemos nuestra sensación de protección?

A veces sentirnos vulnerables puede ser una ventaja en vez de una desventaja, pero claro, la capacidad de un adulto de gestionar sus emociones tiene ventaja respecto a la capacidad de los niños y adolescentes de hacerlo, y por eso para ayudarlos a ellos el primer paso es desarrollar una perspectiva personal sana al respecto. El punto es que nuestras sensaciones y la manera en la que las administramos, tendrán mucho que ver con las sensaciones de ellos que nos perciben como sus protectores.

Una pregunta que a mí me ha ayudado es: ¿Cómo alimento mis sensaciones? Si por
ejemplo, en tiempos de pandemia paso 12 horas al día mirando noticias de quién es
el nuevo enfermo famoso y cuántos nuevos enfermos hay hoy, las posibilidades de
que me sienta enfermo van a incrementarse exponencialmente y entonces, la
pregunta práctica debe pasar de ser ¿cómo gestiono mis emociones? a ¿cómo
gestiono mi exposición a las noticias? (Y te doy un tip: yo aprendí a no mirarlas ni
primero a la mañana ni al final en la noche, sino solo a la tarde que es cuando estoy
mejor preparado para que no me roben el gozo o el foco en lo que tengo que
hacer).

El punto de partida somos nosotros. Si alimentamos nuestra confianza en el Señor y
ponemos nuestras prioridades en orden, las posibilidades de ayudar mejor a nuestros
hijos y mantener la paz, también crecerán exponencialmente.

 

 

Hijos de 0 a 5 años

Es lo más normal del mundo que los niños pequeños experimenten diferentes temores. A esta edad, los niños tienen miedo de cosas concretas, como: perros, caras desconocidas y truenos.

Los bebés más pequeños tendrán miedo a personas disfrazadas, ruidos y movimientos bruscos, y para el fin de esta etapa se sumarán los personajes de fantasía, como monstruos, ruidos que no puedan explicar y sobre todo la oscuridad, porque no tendrán a la vista a su fuente de seguridad concreta que somos sus adultos.

Incluso los niños pequeños pueden experimentar síntomas físicos que tengan que ver con el temor y esos son los que en general producen esos berrinches que a ojos adultos parecen irracionales.

Aunque sus temores pueden no estar fundados en la realidad, lo que tus hijos en edad preescolar sienten es increíblemente concreto para su cerebro, porque por diseño de Dios así funciona su percepción de la
realidad.

Ayudar con los miedos a niños de 0 a 5 años

Aquí algunas recomendaciones:

No desestimes sus temores

Para ti pueden parecer ridículos, pero para ellos son grandes desafíos, así que familiarízalos con lo que les da temor de a poco. En dosis pequeñas podrán aprender a acostumbrarse a esas cosas que temen y en esa familiaridad cobrarán seguridad y superarán sus miedos.

Dales información concreta usando palabras que ellos puedan entender

Aunque no puedan entender todo lo que digas, captarán el tono tranquilizador de tu voz y verán que no estás preocupado ni asustado.

Redirige su foco

Cuando tus hijos de menos de 5 te expresen su miedo a algo, ayúdalos a redirigir o a reemplazar sus pensamientos con cosas positivas.

Aprovecha que su foco de atención cambia rápido y no te detengas más de la cuenta en el miedo. Por ejemplo, si tus hijos expresan preocupación por un monstruo en su armario, en el momento háblale de cuánto los amas y que siempre estás cerca cuando duermen y luego, aprende a evitar conversaciones en broma acerca de la existencia de los monstruos en el armario.

 

 

Escrito por: Dr. Lucas Leys, vía e625.

 

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