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La tensión arterial alta es un problema que afecta a más de 1.130 millones de personas en el mundo. Muchos son hipertensos y no lo saben.

Casi cinco de cada diez adultos tienen hipertensión, pero esa cifra aumenta hasta el 70% en los mayores de 65 años. Y, lo que es peor, tres de cada diez hipertensos no saben que sufren esta patología.

Esto ocurre porque no todas las personas tienen síntomas. Como suelen decir los médicos, es una enfermedad que puede ser grave, pero no duele. Sin embargo, si la hipertensión se descontrola, puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, finalmente, una insuficiencia cardiaca. Otros síntomas comunes son el dolor de cabeza, la dificultad respiratoria, los vértigos o las palpitaciones.

En cualquier centro de salud, hospital y farmacia se puede solicitar que nos tomen la tensión para saber si es necesario tomar medidas contra este problema. Sin embargo, la situación actual provocada por el coronavirus dificulta mucho el desplazamiento a los centros de salud.

Muchas personas evitan acudir al centro médico para no exponerse al virus, lo que ha dificultado el diagnóstico y tratamiento de ciertas enfermedades. Se calcula que 4 de cada 10 personas han dejado de ir al médico a hacerse sus revisiones rutinarias por miedo al contagio .

En esta situación, es más importante que nunca conocer nuestro organismo para entender sus señales de alarma, como la tensión alta. Por suerte, se puede controlar desde casa, con lo que se evita salir a la calle y exponerse al coronavirus, algo muy importante para personas de edad avanzada o con determinadas afecciones como enfermedades cardiacas, renales, pulmonares, inmunodeficiencia, etc.

 

HIPERTENSOS 1

 

¿Cómo saber si es hipertensión?

Los tensiómetros miden dos tipos de tensiones: son las que conocemos como “máxima” y “mínima”. Así pues, en cada medición se obtienen dos resultados distintos. La tensión máxima (o sistólica) es la presión que hace la sangre cuando el corazón late para bombearla; la mínima (o diastólica) es la presión que hay cuando el corazón está en reposo, justo entre latidos.

Una vez realizadas las tres mediciones necesarias y extraído el dato final de máxima y de mínima, hay que saber interpretar los resultados. Los valores óptimos dependen mucho de la edad, el sexo o el estado de salud, pero estos son los niveles básicos que se suelen considerar:

Valores ideales: 120 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima y 80 mmHg de mínima. Sin embargo, también se consideran unos valores normales si se encuentra entre los 135 y los 85.

Tensión alta: si la máxima supera los 135 o la mínima supera los 85, ya se habla de tensión alta. Además, si los valores pasan de los 140 o los 90, se trata de hipertensión.

Si durante un periodo de tiempo prolongado (una semana, por ejemplo), se observan valores demasiado elevados, es imprescindible consultar con un especialista. Los profesionales médicos sabrán determinar si los datos extraídos en casa son motivo de alarma o, por el contrario, entran dentro de lo normal. Por eso, es muy importante hacer las correcciones correctamente y con cierta regularidad, para detectar cualquier problema a tiempo.

 

 

Prevenir y ayuda a los hipertensos

Lo más importante para evitar esta dolencia es llevar una vida sana y una dieta equilibrada y seguir estos consejos:

Hacer ejercicio regular

El deporte moderado es una de las claves de un corazón sano. Unos 30 minutos al día es suficiente, un mínimo de 150 minutos por semana. Algunas actividades moderadas son caminar a paso rápido, bailar o dar paseos con nuestra mascota.

Evitar tomar alcohol y fumar

El tabaco y el alcohol influyen en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca. Por eso, una persona hipertensa tendrá muchos más problemas si también es fumadora y consume demasiado alcohol.

Tomar alimentos que ayudan a la presión arterial

Hay ciertos productos que tienen propiedades tensorreguladoras, es decir, que ayudan a controlar la tensión sanguínea. Muchos de estos alimentos son hierbas, como el espino blanco o la fumaria, que se pueden tomar fácilmente en infusiones o caldos.

Perder peso siempre es un objetivo difícil

Una buena forma de empezar a hacerlo es reduciendo los alimentos ricos en grasas saturadas y eliminar las grasas trans. Por supuesto, es importante consumir mucha fruta y verdura.

 

 

Fuente: Dosfarma.

 

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