Andrés Seminario reflexiona sobre el valor de pensar y si esto en serio nos los enseñaron o no. ¡No olvides compartir!
Las buenas decisiones le crean espacios para pausar y pensar. Las malas decisiones consumen su tiempo. Incrementan su estrés. Y agotan su energía. Pero Usted no tiene tiempo para pensar.
Entre reuniones de zoom, llamadas al celular, WhatsApp, y urgencias que atender… ¿pensar?
Con tiempo limitado para pensar y tomar buenas decisiones, Usted se arriesga y actúa. Si consigue buenos resultados, entonces es más azar que análisis.
Pero algunas decisiones son malas (y otras, muy malas). Luego debe dedicar tiempo a corregirlas. Y es un círculo vicioso.
La mejor manera de perfeccionar las habilidades de pensamiento crítico, creativo y asertivo es… pensando.
Pensar es algo que no enseñan en las escuelas
Fui profesor una larga temporada. Daba las asignaturas “Comportamiento del Consumidor”, “Relaciones Públicas” y “Publicidad”. Recuerdo un año particular que decidí hacer el examen final a libro abierto. Le pedí a todos los alumnos que trajeran sus apuntes y sus libros a la prueba.
Puse una sola pregunta. Abierta.
Di una instrucción: “pueden revisar sus apuntes, abrir sus libros o conversar entre ustedes… tienen 50 minutos”.
Recuerdo que todos los chicos se miraron entre ellos, asustados; y me miraron a mí. Casi era una expresión de pánico.
Luego uno de ellos me dijo: “pero…profesor, este examen está súper difícil, ¡es de pensar!”
Mucho menos enseñan a cuestionar los corpus de conocimiento
Erin McCarthy -como lo cuenta Adam Grant en “Think Again” (2021)- quiso enseñarles a sus alumnos que el conocimiento evoluciona.
Usó en sus clases de social studies en Milwakee, un texto viejo. Desactualizado. De 1940. Esperaba que sus alumnos lo notara.
Pero la mayoría sólo aceptó la información tal y como estaba. Muy pocos notaron los errores u omisiones.
Luego de años de estudiar en el sistema -concluye McCarthy- aprendemos a dar por sentado que los textos escolares dicen la verdad.
¿Pensar?
No lo enseñan en las instituciones educativas. Tampoco enseñan métodos para pensar. Y tampoco viene como default.
Por cierto, pensemos en pensar cómo “examinar mentalmente algo con atención para formar un juicio”, “formar o combinar ideas o juicios en la mente” -según la DRAE-. Por tanto, debe ser deliberado.
¿Se puede aprender a pensar?
Usted me dirá que no sólo piensa, sino que hace multitaking. Y le confirmo que un estudio de Standford (circa 2009) descubrió que quienes hacen varias tareas a la vez tienen una mente más desorganizada.
- Se puede aprender a pensar creativamente.
- Se puede aprender a pensar asertivamente.
- Se puede aprender a pensar de manera crítica.
- Se puede aprender a pensar como DaVinci.
La multi-tarea perjudica su pensamiento
William Jones, padre de la psicología moderna, dijo: “El cerebro humano no está hecho para la multitarea, un modo de atención que imposibilita la atención consciente”.
Lo puede hacer:
- Por un instante haga una pausa y piense.
- Enfóquese en un tema.
- Un problema.
- Luego busque soluciones creativas, imposibles e impensadas (hasta ahora).
Su cerebro puede aprender 7 datos por segundo. Cada segundo. De por vida. Y es capaz de hacer un número (casi) ilimitado de sinapsis -o patrones de pensamiento-, como propuso el psicólogo ruso Pyotr Anokhin circa 1968.
Se puede aprender -incluso- a pensar como Sherlock Holmes.
El libro “Mastermind: How To Think Like Sherlock Holmes” (2013) de Maria Konnikova explica la metodología.
Holmes no sólo resolvía crímenes. A través de sus historias, Arthur Conan Doyle explicó un método para pensar. Un enfoque lógico basado en el método científico, en una observación meticulosa y creatividad.
Enfoque
Como diría Ortega y Gasset: “Dime a qué atiendes y te diré quién eres”.
Y, esta es una paradoja: en ánimo de mejorar la sociedad (y su trabajo y vida personal),
Usted se dedica a añadir más cosas a sus 24 horas. TikTok, fakenews, opiniones, que restan su tiempo.
Y añade tareas simultáneas.
Y descarga el app que le ayuda a administrar las apps…
¿Y el tiempo para pensar?
Ideas, decisiones y acciones
Finalmente, piense en esto: Su cerebro no está diseñado para pensar. Está diseñado para administrar un presupuesto biológico para que usted sobreviva (se llama alóstasis). Pensar consume esos recursos. Por eso Usted usa sesgos, atajos mentales y heurísticas para tomar decisiones.
Y hay una relación causal entre sus ideas, sus decisiones y sus acciones.
¿Cómo son sus acciones?
Si son buenas, Usted se tomó el tiempo para pensar.
¿O son producto de la suerte? ¿ha pensado en ello?
Si son malas, entonces… haga una pausa.
Y reflexione. ¿No le hubiera encantado aprender a pensar en la escuela?
Escrito por: Andrés Seminario, comunicador, estratega y escritor.
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