El modelo de trabajo híbrido se perfila como el modelo ideal para las empresas tras la pandemia por el Covid-19. ¡Lee y comparte!
El estudio “Resetting Normal” realizado por Grupo Adecco en el 2020, a través de encuestas a 8.000 trabajadores a nivel mundial, demostró que tres de cada cuatro personas quisiera insertarse en una modalidad de trabajo híbrida, es decir una combinación de trabajo remoto y de oficina. Además, el 80% de los participantes demandó una mayor flexibilidad, tanto en la manera de realizar sus funciones como en el sitio dónde debe realizarlas.
Este nuevo escenario supone varios desafíos para el mercado laboral. Según el último informe de Adecco: “Cómo hacer que el trabajo a distancia funcione para todos”, se deben establecer políticas adecuadas tanto desde el ente regulador como desde las organizaciones para que estas nuevas modalidades de trabajo se apliquen efectivamente.
Pautas para pasar a un modelo de trabajo híbrido
Presentamos a continuación algunas pautas que permitan a las empresas una transición exitosa hacia un modelo de trabajo híbrido:
Gestionar eficientemente el talento humano
Los líderes deben tener la capacidad para identificar qué cargos pueden realizar trabajo remoto y quienes tendrán que ir a la oficina y con qué frecuencia. Para ello es fundamental que la organización verifique que los trabajadores cuenten con todo lo necesario para el trabajo desde casa y establecer en qué ocasiones deberán desempeñar sus funciones en la oficina, garantizando condiciones de protección y seguridad para el personal.
La gestión de las personas debe estar basada en la empatía, la flexibilidad, la agilidad y la creatividad. Esto hará posible que los equipos de trabajo funcionen de mejor manera en esta nueva modalidad, y que sean más productivos.
Establecer un esquema de trabajo flexible
En un modelo de trabajo híbrido la flexibilidad es fundamental ya que atraerá al talento y mejorará la diversidad y la inclusión.
La pandemia ha demostrado que es más importante la orientación a resultados que cumplir con un horario estricto de 8 horas diarias o más. Por ello, es importante establecer un esquema de trabajo basado en objetivos cumplidos y no en el número de horas trabajadas.
Una semana laboral más corta en la oficina también permitirá crear oportunidades para reducir los gastos generales de las organizaciones. Estos ahorros adicionales de alquileres y servicios más bajos también podrían llevar a las empresas a invertir más en innovación y capital humano, por lo que establecer un nuevo esquema ayudará a mantener los niveles de productividad.
Mantener una aproximación con los equipos de trabajo
En una modalidad de trabajo híbrido el equipo de trabajo está distribuido en diferentes espacios, ya sea en la casa, desde áreas de trabajo colaborativas o en la oficina.
En este escenario los encuentros son muy esporádicos por lo que mantener la socialización no es sencillo. Si bien muchos trabajadores están contentos con la idea de combinar trabajo remoto y presencial, no poder socializar, perderse una conversación en la oficina y sentirse incapaz de comunicarse adecuadamente a través de videollamadas puede generar sentimientos de frustración e insatisfacción en general.
Para ello se recomienda cambiar de una aproximación pasiva, que por lo general se suele dar en el trabajo tradicional en espacios como la cafetería o la zona de descanso, a una aproximación proactiva, es decir incentivando a los líderes para que prioricen estos espacios de interacción entre los colaboradores a fin de mantener su bienestar y salud mental.
Abordar las desigualdades
Es importante rediseñar los puestos de trabajo para permitir el trabajo remoto siempre que sea posible y permitir una mayor flexibilidad a las personas trabajadoras.
La modalidad híbrida establece una combinación de trabajo en casa y otro en la empresa. En este sentido, la oficina juega un papel importante en la colaboración entre los trabajadores, pues se convierte en un espacio físico en común. Este espacio debe ser propicio para la innovación, la productividad y el bienestar colectivos, con el propósito de motivar a los colaboradores.
Respetar el derecho a la desconexión
Si ya antes de la pandemia se hablaba sobre el síndrome del trabajador quemado o síndrome de burnout, con las nuevas modalidades de trabajo han surgido otro tipo de problemas que afectan la salud de los colaboradores como es el presentismo digital; es decir, sentirse en la obligación de ocupar más horas de la jornada laboral en el teletrabajo o estar disponible las 24 horas del día y siete días a la semana, lo cual evidentemente es poco alentador y trae como consecuencia una pérdida de eficiencia y productividad.
Garantizar el derecho a la desconexión y comprender las necesidades de los trabajadores son dos temas indispensables para que un modelo de trabajo híbrido funcione. El tiempo de desconexión deberá ser de al menos doce horas continuas en un periodo de veinticuatro horas.
Propiciar espacios de capacitación y recualificación
La digitalización de las actividades laborales es un proceso que se aceleró debido a la pandemia; por ello, es importante que las organizaciones fomenten espacios de capacitación.
Las empresas deben determinar la brecha de habilidades digitales de las personas trabajadoras y su mejora siempre que sea posible, para permitir que los empleados se sientan cómodos en su condición de trabajadores a domicilio y en remoto.
Además de la capacitación en herramientas y destrezas digitales, se recomienda diversas estrategias para impulsar el desarrollo integral de los teletrabajadores como, por ejemplo, la implementación de programas de tutoría o coaching junto con otros métodos de formación, que permitirá potenciar el desarrollo de habilidades blandas y nuevas competencias en los equipos de trabajo.
Fuente: Adecco.
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