En esta ocasión compartimos cinco retos que tienen los padres de niñas. ¡Toma nota para que evites cometer errores bastante comunes!
Educar hijos varones no es lo mismo que educar niñas. Hombres y mujeres tienen diferentes necesidades educativas, cada uno en su naturaleza lleva marcadas unas características propias.
En cuanto a la educación afectiva de las hijas, debes tener especial atención en los siguientes aspectos:
1. Refuérzale su autoestima y seguridad desde pequeña
La naturaleza femenina lleva marcada la necesidad de vigorizar el autoconcepto y la seguridad en sí misma, de ahí que la mujer solicite la aceptación de los otros y algunas veces reclame más atención de lo que conviene.
Hay que trabajar por lo tanto en el amor propio para que ellas se acepten tal como son, y así evitar que caigan en situaciones desfavorables, como desórdenes alimenticios, adicciones, entre otros; y de esta manera le hagan frente al bombardeo publicitario al que son sometidas desde muy pequeñas, lo que fomenta aún más sus inseguridades.
No olvidemos que un proceso educativo exitoso es aquel que comienza a aplicarse de manera preventiva, por eso la autoestima debe ser prioridad desde la niñez en la formación de las niñas. Un buen trabajo en la infancia, hará que la adolescencia sea llevada dentro de los parámetros normales.
2. Transmítele un adecuado concepto de vanidad y belleza
Si hay algo que determina la identidad femenina, es la belleza y la sensibilidad hacia lo estético. La mujer es bella en sí misma, por eso, estos dos aspectos no han ser catalogados como “buenos” o “malos”, lo importante es encontrar el punto medio entre el cultivo de la belleza física y la espiritual.
Asimismo, los padres deben transmitir a sus hijas -desde niñas-, la idea que la belleza interior prima sobre toda estética externa. Quien no es feliz, no irradia belleza. Por eso se debe reforzar la enseñanza de valores y virtudes como contra respuesta a las falsas fuentes de felicidad.
3. Enséñale que el manejo de su cuerpo comunica muchas cosas…
La coquetería es un arma estupenda exclusiva de la mujer, pero cuando pasa a ser insinuación ya hablamos a otras instancias… Insinuarse con las miradas, con los gestos, con el vestido, con las palabras, no son adecuadas ni propias de su feminidad.
“Hay que enseñarle a la hija a prevenir una coquetería excesiva, que le lleve a pretender llamar la atención todo el día… Pero no debemos quedarnos sólo en eso: hay que llegar al fondo y demostrarle que ser mujer es un don, un privilegio, y que ella puede y debe desarrollar su talento y genio femenino, pues los tiene en abundancia”. *Del artículo “Femineidad: Mujercitas” publicado en Encuentra.
4. Dale las herramientas para controlar sus emociones
La sensibilidad y los sentimientos que caracterizan a la mujer, son puntos que pueden aprovecharse a su favor o convertirse en su «talón de Aquiles», en especial en las relaciones interpersonales.
Es clave enseñarles por tanto, a construir buenas amistades, a superar las situaciones, a evitar ser el centro de atención, a dramatizar las emociones, a no cultivar sentimientos negativos, y en cambio reforzar el perdón, la empatía, la comprensión. En pocas palabras: ¡enséñale inteligencia emocional!
5. Muéstrale lo maravilloso de la maternidad
Es una tarea que pertenece a la madre. Incentivar en su hija el amor por la maternidad, tan esquiva en este momento donde priman otros intereses -formación académica, competitividad laboral, prestigio, independencia económica, culto al cuerpo, etc.- ayudan a que ella tome conciencia del regalo tan grande que implica el hecho de poder engendrar vida.
Escrito por: Natalia Posada, Editora LaFamilia.info
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