Tener un paciente oncológico en el hogar en muchas ocasiones provoca una sobrecarga emocional en los familiares. ¡Comparte!
Es inevitable que el familiar de un paciente oncológico atraviese múltiples estados emocionales al momento del diagnóstico, y todo el proceso que conlleva la enfermedad.
Estar al cuidado de un paciente es complejo, no únicamente por el desgaste físico que implica la enfermedad, los tratamientos y manejo de citas, sino que, los familiares también tienen que tramitar su propia idea hacia la situación actual, la cual dependerá del rol que ocupan en la vida del paciente.
Se darán cambios, por ejemplo para:
- Cónyuges, la dinámica de pareja va a cambiar en varios aspectos, por lo que, es necesario darse el tiempo para poder trabajar en ellos y evitar dificultades en dicha relación.
- Hijos, el manejo de la información es primordial, usualmente se les oculta detalles sobre el diagnóstico, y esto les ocasiona temores y problemáticas en la aceptación del estado del paciente.
- Padres, el niño ocupa una posición importante en su propia subjetividad, ya que se le ha otorgado no solo afectos, también expectativas sobre lo que sería su futuro. Cuando estas expectativas se ven alteradas, pueden existir sentimientos de culpabilidad que llevan al familiar a sentirse completamente afectado, es decir, a pesar de que su rol de cuidador viene desde un lugar de cariño y amor, éste puede generar cierto cansancio, o lo que llamamos “sobrecarga” emocional.
¿Qué hacer ante la sobrecarga emocional?
Y entonces, ¿Qué hacer con esta sobrecarga? Lo primero que hay que considerar es que este agotamiento no significa que un cuidador deje de ser empático, o que ya no quiera acompañar al paciente.
Se trata de aprender a entender que las reacciones afectivas y el malestar subjetivo que conlleva tener a un familiar con un diagnóstico de cáncer son normales, y, es parte del proceso de adaptación hacia la idea de la enfermedad.
Si bien es cierto, los familiares usualmente tratan de proteger al paciente evitando conversaciones “incómodas” o “sensibles”, sin embargo, estas van a ocasionar que exista una mayor cantidad de malestar e incluso distanciamiento dentro de la dinámica del hogar.
Es por esta razón que la comunicación es esencial para prevenir una sobrecarga, en lugar de reprimir y ocultar cómo nos estamos sintiendo, es de vital importancia que los cuidadores puedan tener un espacio en el cual expresen sus miedos, dudas y preocupaciones.
Tengamos claro
Como se mencionó previamente, es el impacto en la subjetividad de cada familiar el que ocasionará el incremento en el nivel de sobrecarga emocional, es por ello que existe la necesidad de un acompañamiento psicológico para el cuidador, no solamente para profundizar en temas relacionados a la enfermedad, sino para un espacio necesario en el que vuelva a tener su tiempo para expresar temas como: problemas familiares, laborales y personales; es decir, que el familiar tenga su tiempo para dejar de encontrarse en el rol perpetuo de cuidador primario, y poder elaborar temas correspondientes a su individualidad.
Los familiares ocupan un rol fundamental en la enfermedad y siempre deben ser considerados con la misma importancia que se le da al paciente.
Escrito por: Cristina Hidalgo Santos, Psicóloga Clínica Solca Guayaquil.
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