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«La madre es liberadora de miedos», confirma una experta. No hay que tener miedo a la mamitis.

Lejos de creer que hay que despegar a los niños de sus madres, ella proclama la bondad del vínculo entre madre e hijo si queremos que crezcan como personas seguras.

“Es un error pensar que la seguridad, la autoestima o la confianza que aporta la presencia de los padres puede ser sustituida por cosas materiales”. Con esta premisa Marta Prada, formadora de familias, explica en su libro Mamitis cómo funciona el apego y el desarrollo humano.

 

 

Suplir la presencia con lo material

Pasar tiempo con los niños es el mejor regalo. La mejor inversión para su desarrollo. “El amor no malcría, malcría la ausencia, malcría la falta de amor, de cariño, de contacto, de estructura y de límites”. Son palabras de Marta Prada, formadora de familias y escuelas sobre educación consciente y pedagogía de Montessori.

Su último cuento, Mamitis (editorial Carambuco), habla del vínculo sano y natural. En él explica que nunca una figura de referencia puede ser sustituida por algo material. “Puede que llamen la atención al niño de forma momentánea pero será algo efímero”. La huella de ausencia de un referente “deja un vacío que se irá transformando en una herida de abandono”, “las personas adultas que no han sentido el afecto y la presencia de esa figura tienden a establecer relaciones de dependencia y actúan de forma complaciente por miedo a la soledad”.

Problemas de autoestima

Sentir que no hay una figura cercana que les da cariño y les dedica su tiempo afecta directamente a su autoestima, buscan complacer a los demás. “Esa autoestima se ve mermada porque sienten que hay algo mal dentro de ellos por lo que no merecen amor, porque no lo sintieron cuando eran niños y buscarán llenar ese vacío con sus relaciones de amistad, amorosas o laborales complaciendo a los demás y dejando y pasando sus opiniones y límites por alto”.

 

 

El vínculo del niño

Es necesario que exista un vínculo con una persona de referencia desde el primer día, figura que suele ocupar la madre. “Es ella la que les da el principal punto de referencia: el olor, su voz, la temperatura… lo que les hace sentirse a salvo. Esto le ayuda a establecer la confianza básica en el mundo”. Cuando tiene a su madre cerca es como si alguien les dijera “confía, estás a salvo”. Esa cercanía les ayuda a crear una predisposición positiva.

Desarrollo en la sociedad

Sentir ese apoyo, esa tranquilidad les ayuda a desarrollarse de forma completa y a integrarse en la sociedad. “La mamá es liberadora de miedos. Es el nexo con la sociedad y el entorno.A través de ella irá poco a poco aprendiendo a relacionarse, apoyarse en su confianza y ejemplo”, además esto les ayudará en los cambios “con esa figura se sienten más protegidos”.

 

 

La “mamitis”

Con este término solemos definir la dependencia de un niño con su madre, el sentimiento de sólo querer estar con ella, pegado a ella. Un término, mamitis, que da nombre al libro de Marta Prada y que explica cómo funciona el apego. Lo define, como “el alimento del corazón”. Sin embargo, en muchas ocasiones, la mamitis va ligada a una connotación negativa. Para Prada, pensarlo así es “no tener el suficiente conocimiento sobre cómo funciona el desarrollo humano”. Asegura que sobre crianza hay muchas ideas preconcebidas que han ido pasando de generación en generación pero que carecen de base científica.

Pone el ejemplo de dejar llorar a un niño. “Antes se pensaba que era lo más adecuado, hoy sabemos que el niño no aprende a dejar de llorar sino que aprende a rendirse, aprende que cuando necesite afecto o cercanía no lo va a tener”. Marta insiste en que ese apego, ese contacto con una persona de referencia mejora y completa el desarrollo de los niños y es “fundamental para la supervivencia y un sano desarrollo, tanto como lo pueda ser el calor o el alimento”.

 

 

Escrito por: Violeta Tejera, vía Aleteia.

 

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