Es importante tener un diagnóstico preciso de la enfermedad de Alzheimer, que es el tipo más común de demencia.
La demencia, una enfermedad que se define como el deterioro grave de la capacidad mental, que interfiere con la vida cotidiana, afecta a 5 millones de personas en el mundo. De ellas, 35 millones aproximadamente padecen de Alzheimer. En Ecuador, el escenario es muy similar. Las cifras oficiales del 2021 reflejan que en el país 100.000 personas sufrían de demencia, con el 70% de estos casos teniendo como causa principal el Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad mental degenerativa, que se caracteriza por la destrucción de neuronas en el cerebro, dando como resultado una pérdida progresiva de masa cerebral. Su origen es considerado hereditario, por lo cual es complicado poder detectar la patología a tiempo ya que es una enfermedad incurable.
Primeros síntomas de Alzheimer
Ante todo, es importante señalar que los síntomas descritos aquí son, generalmente, detectados por los familiares, ya que el paciente no suele notar cambios en sí mismo. Por esa razón, es fundamental que, ante la presencia de uno o varios de estos signos, el entorno cercano de la persona pueda buscar ayuda profesional para hacer un diagnóstico acertado:
Cambios de humor repentinos
El cambio de humor repentino y sin razón alguna puede ser un síntoma de Alzheimer, sin embargo, es importante valorar otros síntomas para tener un panorama más claro de la enfermedad. Este tipo de cambios se dan de forma brusca y extraña, por lo cual la persona podría estar alegre en un momento, y sin motivo aparente alguno, pasar a estar enojado o deprimido.
Cambios de comportamiento
Es muy común que los pacientes con Alzheimer evidencien alteraciones en sus rutinas diarias, y esto incluye la forma de tratar a sus familiares, e inclusive, su actitud general ante la vida. Esto puede desencadenar en irritabilidad en la persona, al percibir dificultades para efectuar sus actividades cotidianas.
Dificultad para planificar
Algunos pacientes que padecen Alzheimer pueden tener gran dificultad para planificar actividades que antes eran parte de sus rutinas diarias; así, por ejemplo, pagar cuentas, manejar por rutas conocidas, o preparar comidas cuyas recetas las conocían de memoria, pueden volverse tareas complicadas.
Dificultad para resolver problemas y tomar decisiones
Para los pacientes con Alzheimer cualquier problema pequeño puede convertirse en un gran reto, pues tienden a magnificar simples contratiempos, generalmente porque no pueden encontrar soluciones, ni tomar decisiones acertadas a tiempo.
Dificultad para entender el entorno y adaptarse a contextos sociales
Puede suceder que, en distintos escenarios sociales, el paciente no comprende su rol, y puede actuar de forma inadecuada o fuera de lugar. La persona con Alzheimer puede perderse en este tipo de situaciones, respondiendo de manera agresiva o extremadamente pasiva ante otras personas.
Problemas para hablar y/o escribir
En algunos casos, los pacientes pueden presentar dificultades para comunicarse o involucrarse en conversaciones. A veces ocurre que no logran completar oraciones, o recordar, escribir y comprender ciertas palabras. Palabras comunes pueden simplemente desvanecerse de su mente, y por ejemplo, en lugar de referirse a una “refrigeradora”, podrían decir “ese aparato en el que guardas comida”.
Dificultades en la realización de tareas del hogar
El seguir un paso a paso, se vuelve tedioso y muy difícil, por esto los pacientes pueden encontrar complicaciones a la hora de lavar la ropa, apagar las hornillas de la cocina, o incluso cerrar las puertas de la vivienda; por eso, si se detecta este síntoma, lo más recomendable es que el paciente esté acompañado la mayor cantidad de tiempo posible.
Problemas de aseo personal e higiene
En varios casos, estos pacientes descuidan su apariencia personal, y pueden pasar largos periodos de tiempo sin bañarse o lavarse los dientes.
Confusión de lugares y tiempo
Las personas que padecen esta enfermedad pueden perder la noción del tiempo y el espacio. Los pacientes pueden tener dificultad para entender que un evento sucederá más tarde, o presentar desorientación en cuanto a fechas , inclusive de celebraciones especiales como cumpleaños.
Diagnóstico oportuno, prevención y apoyo familiar ante el Alzheimer
Si bien el Alzheimer no tiene cura, es fundamental que la enfermedad sea diagnosticada por un especialista para brindar un tratamiento oportuno que retrase los síntomas.
Aunque el Alzheimer afecta principalmente a personas de la tercera edad, existen varios casos de personas jóvenes, de entre 30 y 60 años, que empiezan a verse afectados por ella, porque genéticamente están predispuestos a ello. Para prevenir que esto ocurra, se recomienda llevar un estilo de vida saludable, manteniendo una dieta balanceada, rica en proteína, frutas y verduras, así como practicar una rutina de ejercicios diaria.
Bajo ninguna circunstancia debe el paciente automedicarse. Al contrario, lo que se debe buscar es atención médica temprana, que será vital para mermar la aparición de más síntomas.
El apoyo y la contención familiar es de extrema importancia para el proceso de cada paciente, especialmente para atender las necesidades cotidianas que la persona poco a poco estará imposibilitada de hacer.
Fuente: Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó.
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