Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses repetitivos.
El trastorno del espectro autista (TEA) es un tipo de trastorno del desarrollo. A menudo aparece en los primeros 2 a 3 años de la vida. El TEA afecta la habilidad del cerebro para desarrollar las habilidades sociales y de comunicación normales.
La causa exacta del TEA se desconoce. Es probable que exista una serie de factores que pueden llevar a que se presente el TEA. Las investigaciones muestran que los genes pueden participar, ya que el TEA se da en algunas familias. Ciertos medicamentos tomados durante el embarazo también pueden llevar a que el niño presente TEA.
Se ha sospechado de otras causas, pero no se han comprobado. Algunos investigadores creen que el daño a una parte del cerebro, llamada amígdala, podría estar implicado. Otros investigadores están estudiando si un virus puede desencadenar los síntomas.
Algunos padres han escuchado que las vacunas pueden causar el TEA. Pero los estudios de investigación no han encontrado ninguna conexión entre las vacunas y el TEA. Todos los expertos médicos y los grupos gubernamentales informan que no hay ningún vínculo entre el TEA y las vacunas.
El incremento de niños con TEA puede deberse a un mejor diagnóstico y mejores definiciones del TEA. Este trastorno ahora incluye síndromes que solían considerarse trastornos por separado:
- Trastorno autista.
- Síndrome de Asperger.
- Trastorno desintegrativo infantil.
- Trastorno generalizado del desarrollo.
Síntomas
La mayoría de los padres de niños con TEA sospechan que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses. Los niños con TEA a menudo tienen problemas con:
- Juegos actuados.
- Interacciones sociales.
- Comunicación verbal y no verbal.
- Algunos niños parecen normales antes de cumplir 1 o 2 años de edad. Luego pierden repentinamente las habilidades del lenguaje o sociales que ya habían adquirido.
- Los síntomas pueden variar de moderados a graves.
Una persona con TEA puede:
- Ser muy sensible en cuanto a la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto (por ejemplo, negarse a vestir ropa «que da picazón» y molestarse si se lo obliga a usarla).
- Disgustarse mucho cuando le cambian las rutinas.
- Repetir movimientos corporales una y otra vez.
- Estar inusualmente apegado a los objetos.
Los problemas de comunicación pueden incluir:
- Ser incapaz de iniciar o mantener una conversación.
- Usar gestos en vez de palabras.
- Desarrollar el lenguaje lentamente o no desarrollarlo en absoluto.
- No ajustar la mirada para observar objetos que otros están mirando.
- No referirse a sí mismo correctamente (por ejemplo, dice: «¿Quieres agua?», cuando en realidad quiere decir: «Quiero agua»).
- No señalar para mostrarle objetos a otras personas (normalmente ocurre en los primeros 14 meses de vida).
- Repetir palabras o memorizar pasajes, como comerciales.
Problemas de interacción social pueden incluir:
- No hace amigos.
- No participa en juegos interactivos.
- Es retraído.
- Es posible que no responda al contacto visual o a las sonrisas, o puede evitar el contacto visual.
- Puede tratar a otros como objetos.
- Prefiere estar solo, en lugar de estar con otros.
- No es capaz de mostrar empatía.
Los problemas de respuesta a la información sensorial pueden incluir:
- No se sobresalta ante los ruidos fuertes.
- Presenta sentidos de la visión, el oído, el tacto, el olfato o el gusto muy altos o muy bajos.
- Los ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los oídos.
- Puede evitar el contacto físico porque es muy estimulante o abrumador.
- Frota superficies, se lleva objetos a la boca o los lame.
- Puede tener una respuesta al dolor muy alta o muy baja.
Problemas relacionados con el juego pueden incluir:
- No imita las acciones de otras personas.
- Prefiere el juego ritualista o solitario.
- Muestra poco juego imaginativo o actuado.
Los problemas de comportamiento pueden incluir:
- Actúa con ataques de cólera intensos.
- Se dedica a un solo tema o tarea.
- Tiene un período de atención breve.
- Tiene intereses muy restringidos.
- Es hiperactivo o demasiado pasivo.
- Es agresivo con otras personas o se autoagrede.
- Muestra gran necesidad porque las cosas se mantengan iguales.
- Repite movimientos corporales.
Pruebas y exámenes
A todos los niños se les deben practicar exámenes de rutina a cargo de sus proveedores de atención médica. Es posible que se necesiten más exámenes si existe alguna preocupación del proveedor o de los padres. Esto es cierto cuando el niño no alcanza ninguno de estos hitos del desarrollo del lenguaje:
- Balbucear hacia los 12 meses.
- Hacer gestos (señalar, decir adiós con la mano) hacia los 12 meses.
- Decir palabras aisladas hacia los 16 meses.
- Decir frases espontáneas de dos palabras hacia los 24 meses (no solo la repetición de lo que oye).
- Perder cualquier habilidad social o del lenguaje a cualquier edad.
- Estos niños podrían necesitar un examen auditivo, un examen de plomo en la sangre y una evaluación para TEA.
Un proveedor con experiencia en el diagnóstico y tratamiento del TEA debe ver al niño para hacer el diagnóstico real. Dado que no existe un examen definitivo para el TEA, el diagnóstico a menudo se basa en criterios de un libro médico titulado Manual Estadístico y Diagnóstico de Enfermedades Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM-V).
Una evaluación para el TEA a menudo incluye un examen físico y del sistema nervioso (neurológico) completo. Se pueden hacer exámenes para saber si hay un problema genético o con el metabolismo del cuerpo. El metabolismo son los procesos físicos y químicos del cuerpo.
El TEA abarca un amplio espectro de síntomas. Por lo que una observación breve y única no puede decir las verdaderas habilidades de un niño. Es mejor que un equipo de especialistas evalúe al niño. Dicho equipo podría evaluar:
- La comunicación.
- El lenguaje.
- Las destrezas motoras.
- El habla.
- El rendimiento escolar.
- Las habilidades cognitivas.
Algunos padres no quieren que se diagnostique la enfermedad de un niño porque les preocupa que lo estigmaticen. Sin embargo, sin un diagnóstico, el niño probablemente no reciba el tratamiento y los servicios necesarios.
Tratamiento
En este momento, no existe cura para el TEA. Un programa de tratamiento mejorará en gran medida el pronóstico de la mayoría de los niños pequeños. La mayoría de los programas se basan en el interés del niño por un programa de actividades constructivas altamente estructurado.
Los planes de tratamiento pueden combinar técnicas, incluso:
- Análisis del comportamiento aplicado (ABA, por sus siglas en inglés).
- Medicamentos, en caso de ser necesario.
- Terapia ocupacional.
- Fisioterapia.
- Terapia del lenguaje y del habla.
TEACCH: Se denomina Tratamiento y Educación de Niños Autistas y con Impedimentos Relacionados con la Comunicación (Treatment and Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children, TEACCH). Utiliza un esquema de figuras y otras indicaciones visuales. Estas ayudan a los niños trabajar por sí solos y a organizar y estructurar sus ambientes.
Aunque TEACCH trata de mejorar las aptitudes y la habilidad para adaptarse del niño, también acepta los problemas asociados con los TEA. A diferencia de los programas de ABA, los programas de TEACCH no esperan que los niños logren un desarrollo típico con el tratamiento.
MEDICAMENTOS
No existe ningún medicamento para tratar el TEA en sí mismo. Sin embargo, con frecuencia se utilizan medicamentos para tratar problemas emocionales o de comportamiento que puedan tener las personas con TEA. Estos incluyen:
- Agresión.
- Ansiedad.
- Problemas de atención.
- Compulsiones extremas que el niño no puede parar.
- Hiperactividad.
- Impulsividad.
- Irritabilidad.
- Cambios del estado anímico.
- Explosiones de ira o cólera.
- Dificultad para dormir.
- Rabietas.
DIETA
Algunos niños con TEA parecen responder bien a una dieta libre de gluten o caseína. El gluten se encuentra en alimentos que contienen trigo, centeno y cebada. La caseína se encuentra en la leche, el queso y otros productos lácteos. No todos los expertos están de acuerdo en que los cambios en la dieta hacen una diferencia. Y no todos los estudios han mostrado resultados positivos.
Si está pensando en estos o en otros cambios en la dieta, hable con un proveedor y con un dietista certificado. Usted debe asegurarse de que su hijo esté recibiendo igualmente las calorías y los nutrientes adecuados.
Cuándo contactar a un profesional médico
Por lo regular, los padres sospechan la presencia de un problema de desarrollo mucho antes de que se haga el diagnóstico. Contacte a su proveedor si cree que su hijo no se está desarrollando normalmente.
Fuente: Medline Plus.
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