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Realizar una primera lectura comprensiva, extractar las ideas más importantes y comprobar que los conceptos clave están claros antes de pasar los borradores a limpio son algunos de los consejos que ofrecen los expertos para retener mejor lo que se estudia.  La preparación de resúmenes y esquemas es lo que más ayuda a los niños a retener información y organizar ideas de cara a los exámenes finales.

Por ese motivo, es importante seguir un método de estudio que permita potenciar el aprendizaje, la comprensión y mejorar el rendimiento.

1. Realizar una primera lectura comprensiva. El primer paso antes de abordar cualquier texto es esencial: leerlo detenidamente (incluso un par de veces si es necesario) sin subrayar ni tomar notas, con la única finalidad de entenderlo totalmente.

2. Extraer y organizar las ideas más importantes. ¿De qué trata el texto? Una vez comprendido el contenido, es aconsejable que los niños y niñas ordenen las ideas principales y secundarias, subrayando si así les resulta más sencillo. También es importante que sepan identificar el tema en una sola frase.

3. Redactar el resumen. Una vez seleccionadas las ideas, deben hacer el resumen, sintetizando la información más importante, y redactarlo con sus propias palabras, relacionando unas ideas con otras.

4. Preparar el esquema. Para acabar, los pequeños deben realizar un esquema ordenado de los puntos principales y relacionarlos con líneas y símbolos gráficos, e incluso palabras clave, para un aprendizaje más visual y fácil de comprender rápidamente.

5. Comprobar que el esquema y resumen se entienden. Es importante que los conceptos queden claros y sean fáciles de entender, para que los pequeños puedan asimilarlo rápidamente.

6. Pasarlos a limpio. Es hora de coger el cuaderno y escribir la versión final que servirá para estudiar de forma clara de cara a los exámenes.

Durante el proceso de extracción de información, o una vez terminados los resúmenes y esquemas, es recomendable destacar y subrayar las distintas ideas y los elementos gráficos con colores diferentes según su importancia. Por ejemplo, los peques pueden utilizar desde bolígrafos de punta fina de colores, hasta subrayadores fluorescentes o marcadores pastel de distintos tonos. Así conseguirán que sean mucho más visuales y puedan diferenciar y recordar la información fácilmente.

Siguiendo estos consejos, los estudiantes tendrán a su disposición buenas herramientas que les ayudarán a potenciar su aprendizaje, comprendiendo y procesando aquello que quieren aprender de manera mucho más sencilla.

Marina Berrio/Hacer familia

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