Pequeñas acciones del día pueden marcar la vida de tus hijos. Haz que se sientan amados todo el tiempo con estos detalles.
Olvídate del celular
Cuando estés en casa o llegues del trabajo ¡apaga tu teléfono! Dedícales toda tu atención, seguro tus hijos tienen muchas cosas que compartir contigo.
Come con ellos
La hora de la comida es un buen momento para compartir con la familia. Evita las distracciones: apaga la televisión, deja el celular y las redes sociales, disfruta de la compañía de los pequeños y aprovecha para platicar con ellos.
Léele un cuento antes de dormir
Estos detalles les encantan. Esta actividad fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos, además, mejora su vocabulario y aprendizaje.
No les quites los apapachos
Estudios aseguran que los niños se desarrollan mejor cuando reciben cariño y muestras de afecto físicas, además de sentirse amados se fortalece su autoestima.
Dile sí a la disciplina con amor
Esto no quiere decir que pases por alto las faltas de tu hijo, la disciplina no tiene nada que ver con golpes y gritos. Lo mejor en este caso es hablar con calma y explicarles de forma clara las consecuencias que tiene su comportamiento. Hazlo las veces que sean necesarias. Recuerda que la violencia genera miedo y tu hijo creerá que esta es la única forma de resolver conflictos.
Míralo a los ojos
La mejor forma de comunicarte con los niños es haciendo contacto visual cuando hablas con ellos.
Eres su ejemplo
Nunca olvides que debes predicar con el ejemplo, recuerda que los niños son grandes imitadores. Sé amable, cariñosa y atenta con los demás, esta es una forma de enseñarle lo que es el respeto hacia los demás.
Enséñales a tomar decisiones
Tú eres su guía y eres el pilar de su educación. Para dar este paso puedes comenzar por dejarlo decidir que ropa ponerse o qué lugares visitar los fines de semana.
Anímalo cuando esté triste o enojado
Demuéstrale que te importa y que siempre estarás ahí cuando te necesite. Dale la importancia necesaria a todo lo que le ocurre aunque para ti parezca algo insignificante.
Ten paciencia y no olvides que todo es parte de su adaptación al mundo.
No lo interrumpas cuando hable contigo
Si tienes una opinión al respecto o alguna observación dísela cuando tu pequeño haya terminado de hablar. Si estás ocupada date un respiro de 5 minutos y ponle atención.
Esto lo hará sentir amado y valorado, además, generarás confianza para que te pueda contar todo lo que le ocurra.
Vía Ser Padres