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Aunque no existe la fórmula secreta para hacer prosperar un negocio familiar, la unión y el cariño harán el camino más llevadero.

En 1928, Carlos Benjamín Paiz Ayala abrió en Guatemala La Bombita. Aquí, Paiz vendía artículos de cuero y materiales para calzado. Con el tiempo, la tienda se amplió en surtido y espacio hasta convertirse en Almacén Paiz. Así nos cuenta José Carlos Paiz Riera, nieto de Carlos Benjamín: “Nuestro negocio familiar lo empezó mi abuelo, que quedó huérfano desde muy pequeño por lo que tuvo que vérselas por sí mismo para salir adelante”.

De tres tiendas, con las que iniciaron, el negocio se expandió hasta El Salvador y Honduras, con aproximadamente 200 tiendas. Actualmente el grupo familiar está dividido en varios negocios, y el que lidera José Carlos y sus descendientes es el Grupo Delta.

Factores de éxito

Para José Carlos, lo principal en un negocio familiar es el amor y respeto. Aunque como en todo negocio existen disputas o riñas, la organización también es una clave importante. “El secreto es cómo la familia se organiza y sacar el provecho de cada miembro, porque cada uno de nosotros tenemos algo que aportar para alcanzar el objetivo común”, nos comenta. Reconoce, además, que aunque siempre habrá conflictos y diferencias de opiniones, “hay que saber tomar decisiones”.

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A esto le sumamos una correcta y oportuna asesoría de especialistas, porque si bien las ganas, el empeño y dedicación son fundamentales, también existe la parte teórica que debe ser puesta en práctica. “Yo invito a las empresas familiares, que recién están iniciando, que lean y se informen sobre cómo llevar un negocio. Es cierto que cada empresa es distinta, pero hay temas que son universales y las aplicamos a nuestro contexto”, dice José Carlos.

Conocer el mercado

Recordemos que los negocios buscan satisfacer la necesidad de un consumidor y que es ese usuario el que toma la decisión de compra. Por ello, conocer las tendencias del mercado es trascendental para un negocio. Y definitivamente, los Paiz apostaron por aquello, empezaron desde capacitar a sus colaboradores de las tiendas para que sepan la forma de atender al cliente y de satisfacer una necesidad de compra.

Si conoces cuál es la necesidad del cliente, ya sabes cómo lo puedes servir mejor. Por ello capacitamos a nuestros colaboradores, porque queremos que ellos estén informados y sepan del producto que están ofreciendo

Finalmente, José Carlos cree firmemente que los padres buscan lo mejor para sus hijos, que sean felices y se desarrollen como profesionales. Y en el caso de las empresas familiares, desean que sean esos hijos los que algún día tomen las riendas. ¿Pero qué sucede si su interés no va en la misma línea del negocio? No hay que obligarlos, pero sí incluirlos en los procesos, en la toma de decisiones, recordándoles que son una familia y como tal hay que actuar.

Por María Alejandra Granja J.
Máster en en Dirección de Comunicación Corporativa.

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