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Las causas de la tensión o presión arterial baja pueden variar desde la deshidratación hasta trastornos médicos graves. ¡Lee y comparte!

Sucede cuando la presión arterial es mucho más baja de lo normal. Esto significa que el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre. La presión arterial normal casi siempre está entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg.

Para medir la presión arterial, se tienen en cuenta dos valores, uno máximo que es la presión sistólica y se mide durante el latido de corazón, cuando la presión es máxima y otro mínimo, la presión diastólica, que se mide con el corazón en reposo entre latidos, cuando es mínima.

Los valores normales de tensión arterial suelen situarse entre los 120 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima y los 80 mmHg de mínima . Por encima, ya se habla de presión alta y de hipertensión. Y, por debajo de 90 mmHg de tensión sistólica, hablamos de hipotensión .

Hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molestia. Sin embargo, cuando se produce una caída brusca de la tensión, pueden aparecer mareos, desorientación y desmayos.

 

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¿Por qué se produce la baja de presión arterial?

La hipotensión se puede producir por motivos muy diversos. Sus expertos nos mostraron algunos de los más frecuentes:

Causas genéticas

Tener hipotensión por motivos genéticos es más frecuente entre las mujeres y las personas delgadas.

Pérdidas bruscas de sangre

Si hay una lesión que produce una bajada en el nivel de sangre, caerá la presión arterial. Al haber menos sangre circulando por las arterias, esta generará menos fuerza. Además, las pérdidas grandes de sangre pueden producir anemia, una condición que hace que la sangre tenga menos glóbulos rojos de lo normal. En ese caso, se produce una caída en la cantidad de hierro, el nutriente necesario para fabricar glóbulos rojos.

Este es otro de los motivos por los que las mujeres son más propensas a la hipotensión que los hombres. En la menstruación, se pierde gran cantidad de sangre, de forma lenta pero durante varios días, lo que produce una caída en el nivel de hierro y en la tensión.

Levantarnos muy rápido

En este caso, se denomina hipotensión ortostática o postural. Ocurre cuando nos incorporamos después de haber estado bastante tiempo sentados o tumbados . Puede producir mareos, visión borrosa o desorientación. Esto se debe a que, al cambiar de posición, la sangre se acumula en las piernas y el abdomen, lo que reduce la cantidad que vuelve al corazón. Por lo general, se trata de molestias que no duran más que unos segundos.

Deshidratación

La sangre contiene una gran cantidad de agua. Si no se mantiene un nivel adecuado de líquidos en el cuerpo, disminuye el volumen de sangre.

Alcohol

El alcohol, aunque sea un líquido, favorece la deshidratación. Las bebidas alcohólicas relativas a la producción de la hormona antidiurética o ADH, que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Esta hormona controla la cantidad de agua que reabsorben los riñones. Sin embargo, el alcohol restringe la ADH, por lo que el agua no se reabsorbe y se elimina más a través de la orina.

Comidas copiosas

Después de comer, la sangre viaja hasta el aparato digestivo para ayudar en la digestión, con lo que se reduce la cantidad en el resto del cuerpo y cae la presión.

Ciertas enfermedades

Las personas con insuficiencia cardíaca, diabetes, pericarditis, hipotiroidismo o arritmias cardíacas son más propensas a la hipotensión. También una reacción alérgica grave puede provocar una bajada peligrosa.

Algunos medicamentos

La ingesta de ciertas medicinas puede afectar a los niveles de presión arterial. Es el caso, por ejemplo, de los ansiolíticos o diuréticos .

Embarazo

El sistema circulatorio se va expandiendo durante la gestación , lo que puede provocar una caída de la tensión arterial. No obstante, se recuperan los niveles habituales después del parto.

 

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Reducir el riesgo de sufrir tensión arterial baja

A continuación varios consejos para reducir el riesgo de sufrir una bajada de tensión:

Beber líquidos con frecuencia

Es imprescindible beber agua con regularidad y no esperar a tener sed. Puede compaginarse con muchas otras bebidas, como infusiones. La sequedad en la boca, el pulso acelerado o la desorientación son algunos de los síntomas de la deshidratación.

Si se notan algunos de ellos, hay que actuar con rapidez para evitar una bajada de tensión. Es conveniente tumbar o acostar a la persona cuando antes para evitar que se caiga si se marea o desmaya. Poner los pies en alto, por encima de la altura del corazón y beber líquidos, por si fuera causada por una deshidratación.

 

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Comer poco y cada pocas horas

Una digestión pesada obliga a desplazar más sangre al aparato digestivo, por lo que es mejor opción tomar pequeñas raciones y con cierta regularidad.

Tomar alimentos que ayuden a subir la tensión

Las personas que sufren hipertensión deben llevar una dieta pobre en sodio, pero quienes tienen unos valores bajos pueden utilizarlo para equilibrarlos. Sin embargo, es muy importante no superar los 5 g diarios recomendados de sal. Aunque sirva para subir la tensión, también puede tener efectos nocivos en grandes cantidades, como la retención de líquidos.

No tomar alcohol

Las bebidas alcohólicas disminuyen la tensión arterial hasta 12 horas después de su ingesta y, como hemos mencionado anteriormente, inhiben la acción de la hormona antidiurética y hace que entren más ganas de orinar. Por ello, hay que vigilar la combinación de altas temperaturas y bebidas alcohólicas, muy típica de las vacaciones de verano.

 

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Fuente: DosFarma.

 

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