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Las familias quieren vivir y viajar a las ciudades que las cuidan atendiendo a sus necesidades. Esto supone desde descuentos hasta rutas o mobiliario en restaurantes.

Da gusto cuando a uno le ponen las cosas fáciles. Imaginen una ciudad donde las familias encuentran. Espacio para el juego de los niños en las salas de espera de aeropuertos, hospitales, estaciones de trenes; asientos reservados a mujeres embarazadas o papás con cochecito de bebé en los autobuses y los vagones de metro, cambiadores de bebés en los baños de los centros comerciales, gasolineras, restaurantes y tiendas grandes. Sillas altas o asientos de seguridad para bebés en bares y restaurantes, parques con zonas reservadas a los niños (donde no hay que preocuparse por que el bebé se meta en la boca una caca de perro). Cines y teatros con programación infantil, descuentos 2×4 en tiendas por ser familia.

Cada vez es más cómodo viajar -y vivir- con la familia si uno está en una de esas ciudades o municipios que se han propuesto hacer la vida más agradable al prójimo. En París es frecuente encontrar todo tipo de ruedas en la calle. El modelo ya se perfila en muchos lugares del mundo y el sector turístico ha encontrado un nicho que puede generar beneficios económicos tan interesantes como el negocio dedicado específicamente al sector gay, al de las mascotas o al turismo de borrachera: cada uno duerme con quien quiere, desde luego. Cada empresa puede decidir libremente si se centra en subrayar la atención en determinado tipo de clientela, y las familias merecen que se las tenga en cuenta.

Peculiaridades/pegas del sector familiar:

Suelen ahorrar en comida (a según qué restaurantes no les gusta eso de “una pizza para compartir”).

Hacen ruido (hay gente a la que no les molestan los gritos de las tertulias políticas, pero sí las risas de dos hermanos).

Generan pañales (y en ocasiones aromas).

Pero no sé si ustedes han visto lo que sucede en una residencia de ancianos cuando aparecen unos niños: la alegría es inmediata. Igual ocurre en un parque y puede suceder también en un museo: la mirada de los niños nos puede enseñar a leer el arte de otro modo.

El Museo de Historia Natural de Londres es uno de los mayores atractivos de la ciudad, junto con el London Eye y el Madame Tussaud’s, de figuras de cera

En vista de que las ciudades family friendly son posibles y ya están aquí, muchas entidades en todo el mundo (entre ellas la Confederación Europea de Familias Numerosas*) impulsan su existencia. Es un beneficio social, como puede serlo la creación de autopistas o la atención médica. Y está directamente orientado al servicio a las personas.

La semana pasada, se dio a conocer en Bruselas la propuesta de creación de una red de municipios family friendly en Europa. Es una idea exportable y seguro que estarán encantados de que se les copie.

LONDRESDe hecho, varias páginas web de turismo contienen listas de ciudadesfamily friendly. Son Amsterdam, París, Londres, Edimburgo, Roma, Barcelona, Dublín, Munich, Viena y Florencia. A todas se llega en avión por línea “low cost”, si se quiere. La conclusión es que aquí cabemos todos y las familias, por ser equipos humanos llenos de vitalidad, buscan que se les atienda como necesitan.

*La Fanoc forma parte de la Confederación Europea de Familias Numerosas y facilita información sobre esta cuestión.

Vía Aleteia

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