debemos estar al tanto de estos 6 consejos, para saber cómo ayudar a través del ejercicio físico a las personas mayores con diabetes.
La diabetes es una enfermedad que una vez desarrollada le acompañará toda la vida, es crónica e irreversible, es por ello que tiene gran impacto en toda la familia y se hace fundamental el apoyo, cuidado y amor de todos los que los rodean.
Sin embargo, si se siguen las indicaciones médicas, es decir se cumple con el plan alimentario, ejercicios y/o medicamentos, más un control permanente, la enfermedad se mantiene regularizada y se pueden prevenir las complicaciones.
Un santo diabético, un ejemplo a seguir
San Luis Orione o más conocido como Don Orione, “el Apóstol de la Caridad” era un sacerdote católico italiano salesiano, fundador de la congregación religiosa Pequeña obra de la divina providencia. Padeció de diabetes tipo 2 (es decir cuando el cuerpo no produce o no utiliza adecuadamente la insulina), y su familia religiosa se preocupó mucho por él y su salud.
En esa época no se conocía mucho de la enfermedad, por lo que el santo escribía cartas a su comunidad religiosa para contarles cómo se encontraba. En una de ellas les contaba sobre el tratamiento que le había indicado el médico: dieta baja en carbohidratos y reposo.
Por un lado esta indicación para la diabetes tipo 2 está bien: la dieta debe ser baja en carbohidratos, controlándolos en cada comida. Y la alimentación, en general, es la misma que para cualquier persona: sana, equilibrada y variada teniendo en cuenta ese control de hidratos de carbono.
Por otro lado se le indica reposo, lo cual no es lo más adecuado. Al contrario, la diabetes tipo 2 en gran parte se puede prevenir mediante la práctica de actividad física regular.
Además seguramente deberá tomar algún medicamento o insulina para ayudar a controlar la patología.
La actividad física fundamental en la prevención y tratamiento de la diabetes
Los adultos mayores que presentan diabetes es aconsejable que realicen algún tipo de actividad física de forma moderada y regular, siempre de acuerdo a sus capacidades y estado de salud. El médico también le puede asesorar sobre el tipo de ejercicios; o de una forma más precisa, puede buscar un profesor de actividad física en gimnasio para que le ayude.
El nivel de actividad física influye mucho en el control de su nivel de glucosa en sangre. No hacer ningún tipo de ejercicio, o hacerlo pero a una intensidad alta, es igual de peligroso para la salud.
En los diabéticos tipo 2 realizar actividad física actúa de forma directa sobre los niveles de glucosa en sangre. Es por ello que se recomienda combinar el ejercicio aeróbico (caminar, bailar…) con los de fuerza (pesas, máquinas o cintas elásticas); por ejemplo 30 minutos de caminata y 1 o 2 sesiones de pesas (con asesoramiento profesional).
La realización de actividad física brinda varios beneficios:
- Ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina (es decir hace que el cuerpo sea más sensible a la insulina, la hormona que permite que las células del cuerpo usen el azúcar en la sangre para producir energía).
- Contribuye a disminuir los valores elevados de glucosa en sangre.
- Evita complicaciones asociadas como son la hipertensión arterial, la obesidad, la pérdida de masa ósea y muscular y la mala circulación.
- Ayuda a ganar autonomía.
- Mejora el estado de ánimo.
Consejos para la práctica de actividad física en personas mayores con diabetes
Elegir el tipo de actividad que le agrade y sea capaz de realizar según su condición física y de salud; puede ser caminatas a un ritmo moderado, elíptica, ciclismo, senderismo, baile guiado, gimnasia acorde o natación a cargo de un profesor.
Es importante si la persona hace mucho tiempo que no hace ejercicio, asistir primero con su médico tratante antes de iniciar cualquier actividad física y realizarse una prueba de esfuerzo.
Los ejercicios siempre deben ser de intensidad moderada; por ejemplo se puede comenzar con caminatas de 30 minutos todos los días e ir aumentando el tiempo progresivamente.
Una buena opción es hacer ejercicio acompañado no solo porque es más entretenido sino que también tiene a alguien a quien acudir en caso de surgir algún contratiempo.
La ropa y el calzado son importantes, la ropa debe ser transpirable, cómoda, amplia, que favorezca la circulación. El calzado también debe ser adecuado para evitar ampollas y heridas en los pies.
Alimentación e hidratación son claves antes, durante y después de la realización de cualquier tipo de ejercicio físico.
Por lo tanto es recomendable comer algo antes de realizar deporte, así como también hidratarse con agua antes, durante y después. En caso de sentirse mareado, débil o alguna palpitación es necesario parar e ingerir algún alimento.
Sigamos el ejemplo de Don Orione, que trató su enfermedad de forma responsable, siguiendo los consejos de sus médicos y apoyándose en su familia para hacerlo de la mejor manera posible.
Escrito por: María Eugenia Brun, vía Aleteia.
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