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El fallecimiento de un ser querido es uno de los eventos más estresantes por los que atraviesa una persona a lo largo de su vida. A pesar de ser una experiencia universal, cada persona vive el duelo de -una manera distinta y no existen normas, ni tiempos, ni reglas que lo vuelvan igual.

No nos vamos a engañar, atravesar un duelo no es fácil. Sin embargo, es un proceso natural y vital que necesitamos elaborar tras una pérdida significativa para poder así aprender a vivir sin aquella persona de forma adaptativa y que aquel recuerdo intensamente doloroso, se convierta en nostalgia.

El psicólogo William Worden, uno de los profesionales mas importantes en el mundo del duelo, nos ofrece una teoría famosa, útil y veraz sobre las tareas principales del duelo, que no necesariamente deben elaborarse en un mismo orden pero que, al atravesar cada una de ellas, el doliente es capaz de reconstruir su vida sin su ser querido.

Tarea 1

Acepta la realidad de la pérdida.

En el momento en que un ser querido fallece, nuestro primer instinto es el de la negación o el shock. Se experimenta una intensa sensación de “esto no esta pasando”, es por esto que la primera tarea es comprender racional y emocionalmente que nuestro ser querido ha fallecido y que no volverá. ¿Qué ayuda para elaborar esta tarea? Los rituales. Desde funerales, cartas, unas palabras, esparcir cenizas, hacer álbumes de fotos, etc., todo cuenta. La aceptación de la muerte por la que estamos atravesando marca el momento en el que estamos listos para comenzar el proceso de sanación.

Tarea 2

Trabaja las emociones y el dolor de la pérdida.

Seamos honestos, a nadie le gusta sufrir, y es por esto que son más las veces que nos enfrascamos en decenas de actividades que nos mantienen ocupados en vez de enfrentar el dolor que estamos sintiendo por que “debo ser fuerte” ó “debo mantenerme ocupado para no pensar” lo cual termina siendo contraproducente. Lo único que nos permitirá avanzar en la elaboración del duelo es experimentar y expresar las emociones. Es esencial que encuentras las formas de sentir, de pronunciar, de sacar aquello que hace que tengas la sensación de que hasta el alma duele.

Tarea 3

Adáptate a un nuevo mundo en el que tu ser querido está ausente

Y esta puede ser la tarea que mas cueste. En el día a día van a ver un sinnúmero de situaciones a las que habrá que adaptarse ahora que el fallecido no está. Debe existir una reorganización y redefinición de actividades, roles, habilidades y situaciones. Lo importante es poco a poco alcanzar un acuerdo con todos los vacíos reales o simbólicos que esta ausencia física ha creado en nuestras vidas.

Tarea 4

Recolocar emocionalmente a tu ser querido y continuar viviendo

Esta reubicación consiste en la última meta del proceso del duelo: pasar de recuerdos dolores a recuerdos nostálgicos. Esto quiere decir que aunque esta persona jamás se irá de nuestra mente, que seguiremos extrañándola, ahora ya no será con un dolor insoportable y desgarrador que te impide realizar tu día a día, sino que será con nostalgia, con cierta sensación de alegría incluso, de todo lo que pudiste vivir y hacer por ella, por los recuerdos y experiencias compartidas. Para Worden, el incumplimiento de esta tarea implica no vivir ¿Por qué? Porque, a pesar del inmenso dolor que deja esta pérdida, es esencial para el doliente continuar viviendo con un sentido de propósito.

Por Psic. Cl. María José Barredo S.
Máster en Cuidados Paliativos y Psicoterapia
mjosebarredo@gmail.com

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