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Las actividades físicas son importantes para el desarrollo de los niños por lo que debemos estar al tanto de sus etapas.

La práctica del ejercicio físico es una costumbre que debe cultivarse desde temprana edad. Debido al interés social que se ha desarrollado en torno a este, es que forma parte importante de la educación tanto de niños, como de jóvenes. Conforme se han ido realizando investigaciones científicas al respecto, en definitiva, se ha llegado a la conclusión de que este aumenta la calidad de vida en los niños a futuro.

Beneficios del deporte

En el desarrollo infantil intervienen diferentes..variables..hormonales, antropométricas, neurológicas, ambientales, etc. Mientras que el componente hormonal, tiene su pico en la pubertad (entre 11 a 14 años), el neurológico ya está profundamente desarrollado mucho tiempo antes. Por ello, se tiene muy en cuenta en los entrenamientos deportivos desde temprana edad.

Esta situación permite ensayar ejercicios relacionados con la fuerza mucho antes de la adolescencia. En donde el objetivo no es el incremento de la masa muscular, sino una mayor coordinación en cada movimiento, a través del desarrollo de la agilidad, optimizando la calidad de la fuerza desde otras capacidades. Esas destrezas se aprenden mucho mejor cuando el deportista es un niño, progresando así, en niveles más altos, que si se comienza a enseñar mucho más tarde.

Los entrenamientos de la voluntad en los niños dependen del adecuado grado de desarrollo de hábitos y costumbres. Desde ahí se desprende el que la práctica de deportes, de cualquier naturaleza, sea tan importante para su futuro físico, emocional e intelectual.

Actividades según la edad

A partir de los 3 o 4 años se puede comenzar, ya que es cuando el sistema nervioso central del niño ha alcanzado un desarrollo importante. El trabajo debe apuntar al aumento de las rutinas, de menos a más, especialmente de aquellas actividades que se enfocan en los movimientos gruesos. Las destrezas que se perfeccionan en los niños de estas edades son: espaciales, visomotoras y relacionadas con la audición, reflejos y respuestas motoras. Razón por la que en el preescolar debe haber siempre espacio para escalas, barras de equilibrio y colchonetas para diversos tipos de ejercicios físicos.

Los niños más grandes en cambio necesitan recreaciones deportivas al aire libre, es por eso que, a partir de los 5 años, se inicia la práctica de deportes como natación, futbol, atletismo o artes marciales. Estas últimas son muy recomendadas para tratar los problemas de atención y de concentración, ya que se requiere de esfuerzo para mantener un equilibrio entre la fuerza física y la mental.

Los jóvenes conciben las prácticas deportivas como un verdadero escape de su entorno, no de manera negativa, sino obedeciendo a una de sus características más destacadas: la búsqueda de individualidad y autonomía. Por este motivo, con ellos hay que cuidar mucho el respeto a las reglas de juego y rayar la cancha desde el inicio. De esta manera no hay excusas para peleas innecesarias o estallidos de cólera que no corresponden, comprendiendo la importancia de controlar el carácter.

En definitiva, lo que se persigue a cualquier edad con la práctica deportiva, es la estimulación de su sistema nervioso, haciéndolo más fuerte al optimizar su coordinación intermuscular y sus reflejos.

Sin duda como parte de este, desarrollan también las habilidades sociales y el autocontrol, que conseguirán con la tenacidad y el logro de la meta alcanzada. ¿El resultado final? Una personalidad de conquista que permite al joven ser dueño de su mundo interior.

 

Por: Lcdo. Víctor Cárdenas Negrete

Centro Pedagógico Kentenich

 

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