No detectar ni tratar la depresión pos-ACV rápidamente limita la recuperación funcional de la persona. Conoce qué puedes hacer.
La depresión, es un trastorno mental que llega a interferir en las actividades diarias y en la calidad de vida de las personas. Antes de la pandemia, 15000 consultas ambulatorias o externas se atendieron en el Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil entre el 2015 y el 2019.
Esta condición cada vez más frecuente, y que se estima que creció en la época de la crisis sanitaria, se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. Cobra relevancia si consideramos que esos síntomas suelen aparecer en pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), dentro de los primeros tres meses posteriores al mismo.
La depresión es el principal factor que limita la recuperación y rehabilitación de una persona que ha padecido un accidente cerebrovascular (ACV). Esta condición mental se presenta en una de cada tres personas, y en más de la mitad de casos no llega a ser diagnosticada. Según el Instituto de Neurociencias, esta patología tiene una prevalencia de 3 % a 5% en la población general, sin embargo, solo el 0,2 % consulta al psiquiatra.
¿Qué es un ACV?
Un ACV se origina cuando el suministro de sangre hacia una parte del cerebro se interrumpe repentinamente y este se ve afectado, lo que genera que esta parte del cerebro no reciba nutrientes y oxígeno. Esta situación puede derivar en discapacidad permanente e incluso la muerte.
“Quienes sobreviven a un ACV necesitan rehabilitación prolongada y terapias que ayuden a recuperar sus habilidades, así como tratamiento mental para hacer frente a la depresión, la ansiedad, la apatía y la fatiga. Son trastornos psiquiátricos que intervienen en el comportamiento y las emociones”. Por ello, es importante que la persona esté dispuesta a cooperar en su rehabilitación”, explica el Dr. Cristhian Bravo, Emergenciólogo del Hospital de los Valles.
Recomendaciones para tratar la depresión
En tal sentido, el especialista brinda las siguientes estrategias para apoyar a la persona de su salud mental y emocional:
Compromiso y responsabilidad: Es necesario recordarle al paciente que sigue desempeñando un papel activo en su propia vida. Asegurarse que tome los medicamentos y acuda a las citas médicas.
Reconocer al paciente en sus progresos: Darle motivación para que participe en las actividades cotidianas o en la rehabilitación.
No interrumpirlo cuando está hablando: Hay que dejarle tiempo para que piense y se exprese, procurando que tome decisiones.
Fomentar la relación social: Tanto la depresión como las limitaciones físicas plantean muchas dificultades para la interacción social. El paciente debe ser estimulado a participar en actividades positivas para mejorar la función emocional, socializar con los amigos y los familiares.
Vida y trabajo: Cuando sea posible, hay que intentar que la persona se readapte a su vida profesional.
Finalmente, el Dr, Cristhian Bravo, advirtió que es importante detectar y tratar la depresión pos-ACV lo antes posible para no llegar a una estancia más prolongada en la hospitalización, ya que ello puede limitar la recuperación funcional de la persona. Adicionalmente, iniciar tempranamente su rehabilitación física y psicológica.
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