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La relación de una pareja con personalidades distintas se ve afectada muchas veces por lo que la sociedad dice que se “debe hacer”.

¡Llegó el día! La novia irradia alegría; él la mira, y con esa admiración infinita que tienen los recientes esposos, se contemplan, se quieren y parecen estar dispuestos a cualquier adversidad mientras estén juntos. Comparten la misma carrera, uno de ellos llegó a esa universidad por beca; el otro por posibilidades económicas. Se conocieron allí, les iba bien en los trabajos en grupo y comenzaron a hablar, compartir, conocerse. Él es tan apegado a la tradición y ella tan vanguardista.

Las familias son cordiales, son atentas, pero nada más. Los rumores debajo de la fiesta son: “¿qué será de ellos si son tan diferentes?”, ¿cómo van a vivir?”, “seguro él pagará todo porque tiene mejor trabajo y ella lo superará pronto porque es muy ambiciosa”.

Bajo esta perspectiva a los amigos nos toca el apoyo, el comentario atinado cuando los vea acorralados o perdidos por la presión de lo que se “debe hacer”.

 

 

Esposos, ¿qué hacer?

Una vez casados las decisiones son de los esposos o de la pareja. Hay que mantener la distancia con la madre, el padre, la abuela y cualquiera que no sea el cónyuge.

Si llegaron hasta el altar es porque los movían las ganas de estar juntos o porque creían que junto al otro daban lo mejor de sí. Recuérdenlo en momentos difíciles, eso los calmará antes de reaccionar.

Anticipen las situaciones que puedan presentarse antes de alguna nueva decisión, de tal manera que puedan prevenir los desacuerdos y renegociarlos antes de que las cosas estén complicadas.

 

 

¿Qué será de ellos si son tan diferentes?, ¿cómo van a vivir?

Sugerencias para la familia

Dejen que ellos aprendan de las decisiones tomadas. Si para usted estuvo mal el ‘matri’, entonces ¿para qué apoyó? Si no apoyó entonces siga manteniendo la distancia. El mejor juez es el tiempo y sabrá qué veredicto o factura pasar.

Cada persona decide cómo vivir y aunque creamos que ella o él merecen algo mejor, recuerde la frase de Stephen Chbosky:Recibimos el amor que creemos merecer”. Si ese amor es poco, entonces deje que esa persona se dé cuenta de que vale más, o sino aconséjela ir a terapia.

Mire también su carril de vida, seguro hay muchas cosas que arreglar ahí.

 

 

Por: Ma. del Carmen Rodrigo, Psicóloga Clínica. E-mail: mariadelcarmenrodrigoh@gmail.com

 

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