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¿Sabías que puedes disfrutar de la música que más te gusta sin que se vea afecta tu audición? Conoce cómo lograrlo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas entre 12 y 35 años corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva debido a la exposición prolongada y excesiva a música alta y otros sonidos recreativos, que pueden tener consecuencias devastadoras para su salud física y mental, educación y perspectivas de empleo.

Debemos promover una escucha musical segura, es decir, que esté dentro de los límites de exposición y volumen adecuados para el oído, de manera que no los dañe, ya que la disminución o pérdida de la audición por sonidos fuertes es irreversible, pero se puede prevenir.

Actualmente, el mayor riesgo auditivo al que están expuestos los jóvenes se debe principalmente al uso frecuente y extensivo de audífonos recreativos. Es común verlos conectados todo el tiempo y con el volumen tan alto que incluso quienes están a su alrededor pueden escucharlo. Por otro lado, los espacios recreativos, como discotecas y conciertos, pueden poner en riesgo la audición si se asiste sin tomar algunas simples precauciones.

 

 

Medidas prácticas para que la música no afecte tus oídos

A continuación compartimos cuatro medidas prácticas y fáciles de aplicar:

Controlar el volumen del dispositivo: la regla 60/60

La adopción generalizada de dispositivos de audio personales, como teléfonos inteligentes y reproductores de MP3, plantea un factor de riesgo importante para la audición. El uso de teléfonos inteligentes en los países en desarrollo ha crecido del 45% en 2013 al 50% en 2015 y en los países desarrollados esa cifra llega al 87%. Además, el 50% de quienes escuchan música a través de sus dispositivos personales lo hacen a niveles que ponen en riesgo su audición.

Se estima que el volumen de salida de los dispositivos de audio personales, como los auriculares, puede oscilar entre 75 decibelios (dB) y 136 dB al volumen máximo.

La recomendación más importante es sobre la duración y el volumen de uso de reproductores de música u otros dispositivos: nunca ponga el volumen más allá del 60% de la capacidad del dispositivo y escuche música con auriculares durante un máximo de 60 minutos al día. Intente siempre mantener el volumen por debajo de 85 dB para mantener sus oídos seguros.

 

 

Utilice artículos de alta calidad

Lo ideal es optar por auriculares con cancelación de ruido o aislamiento acústico del exterior, ya que bloquean el ruido de fondo, reduciendo así la necesidad de subir el volumen del dispositivo a niveles inadecuados.

El cuidado personal es importante: ¡tome descansos!

Es necesario realizar descansos periódicos de 15 minutos cuando haya una exposición prolongada en un ambiente ruidoso, desplazándose a una zona más tranquila. Además, es fundamental someterse a evaluaciones auditivas con un audioprotesista al menos una vez al año.

Evite la exposición constante a ruidos fuertes

El 40% de quienes frecuentan discotecas, clubes, eventos deportivos o conciertos de música están expuestos a niveles acústicos potencialmente nocivos. Hay evidencia de que quienes han estado expuestos a sonidos fuertes durante más de 20 años en determinados entornos sociales tienen tres veces más probabilidades de sufrir pérdida auditiva que quienes no han estado expuestos.

Después de acudir a un concierto, bar o discoteca, es recomendable hacer una pausa para escuchar, es decir, evitar escuchar música durante unas horas.

Hágase una prueba de audición

Las lesiones de oído se pueden detectar a tiempo: hacerse una prueba de audición al menos una vez al año puede cambiar la vida.

Las pruebas de audición se realizan mediante la emisión de un sonido con una intensidad adecuada que el paciente debe escuchar. En el caso de una persona joven, se trata de un sonido de 1000 Hz que luego se reduce gradualmente hasta una intensidad mínima. Los resultados establecen si se produce pérdida auditiva y monitorizan su evolución en el tiempo.

Sobre las nuevas recomendaciones para limitar el riesgo de pérdida auditiva: El nuevo estándar global establecido por la OMS en su iniciativa “Escucha Segura”, que tiene como objetivo mejorar las prácticas de escucha, especialmente entre los jóvenes, recomida las siguientes medidas:

  • Un nivel sonoro medio máximo de 100 decibeles.
  • Monitoreo y registro constante de niveles sonoros con equipos calibrados por personal designado para tal fin.
  • Optimización de la acústica de la sala y de los sistemas de sonido para garantizar una calidad de sonido agradable y una escucha segura.
  • Provisión de protección auditiva personal al público, junto con instrucciones de uso.
  • Acceso a zonas tranquilas para descansar los oídos y reducir el riesgo de daños auditivos.
  • Formación de trabajadores y distribución de información entre ellos.

 

 

Fuente: Jennifer Rivas, terapista del lenguaje de GAES Ecuador.

 

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