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Debemos atesorar siempre lo que suma en nuestras vidas para ser mejores tanto a nivel personal como también profesional.

El amor es el mandamiento que Jesucristo nos dejó a todos los que lo aceptamos y creemos en Él, y ese amor es el que nos ayuda a avanzar y a poner en orden todo en nuestra vida. Un ejemplo de ello son Eduardo Reinoso y su esposa Susy Montilla, quienes cuentan su historia para inspirar a otras parejas a no perder la fe, dar siempre el máximo esfuerzo tanto en la familia como también en el trabajo, claro sin nunca perder de vista el objetivo… agradar a Dios con nuestro accionar.

¿Cómo se conocieron y enamoraron?

Eduardo: Fui profesor de Susy en la universidad, en la UTEC, era un profesor joven. La conocí, dejé de darles clases y nos enamoramos. Lo curioso fue que me tocó de alumna nuevamente en el siguiente semestre.

Susy: ¡No fue así! Tú nunca fuiste más que mi profesor.

Eduardo: ¡Estoy convencido que sí! (sonrisas cómplices). Esa es la discusión que siempre tenemos.

Susy: ¡Cuando ya fuimos enamorados, tú nunca fuiste mi profesor!

Eduardo: ¿Estás segura?

Susy: Sí, segurísima.

Eduardo: Cuando conocí a Susi me pareció una chica muy inteligente, muy buena y cuando terminé de dar clases empezamos a salir y nos enamoramos.

Susy: Sí, pero coincidentemente, así lo dispuso Dios, su hermana Lorena fue compañera mía del colegio y años después también en la agencia de publicidad donde yo trabajaba.

Susy: Eduardo y yo ya nos habíamos visto, pero nunca entablamos una conversación, hasta que llegó el primer día de clases en la universidad. De hecho es por eso que siempre pensamos que el destino estaba ahí dando vueltas para conectarnos y al final eso ocurrió.

Eduardo: De hecho recuerdo que estaba dando la clase y minutos después tocan la puerta, abro y cuando veo era ella y le digo el nombre de la agencia buenos días Navas Varas y ella me responde: ¿Qué? ¿Nos conocemos?, ahí cerré la puerta (risas cómplices) y… bueno terminamos casados y con dos hijos.

Eduardo: Nos casamos hace 16 años. Fue una relación bastante bonita, extensa porque yo creo que el matrimonio es una de las dos decisiones que pueden marcar el resto de tu vida. La una es casarte y la otra es escoger tu carrera o la vocación a la que vas a dedicar tu vida. Entonces, a pesar de que estaba muy enamorado, pensaba y buscaba que esta decisión sea muy racional. Que sea algo que tenga un proyecto de vida, tenga un para qué y, tenga sentido para los dos.

 

 

Una relación donde Dios sea el centro

Eduardo: Creo que tenemos dos momentos como pareja. Este camino ha sido lindo, pero no perfecto, nunca es perfecto.

Eduardo: Al inicio éramos dos buenas personas tratando de sacar las cosas adelante sin Dios, no es que no creíamos en Él, creíamos, pero no lo involucramos. Tiempo después cuando hicimos nuestro retiro en Lazos de Amor Mariano (actualmente somos misioneros ahí), todo cambió para bien, porque Dios empezó a estar inmiscuido en todo lo que hacíamos y en lo que buscamos.

Susi: Siempre estuvimos en la búsqueda de algo más importante, Dios, pero reconocemos que antes no íbamos a misa todos los domingos y de repente un día dijimos: No. Ya es tiempo de que eso cambie, debemos ir a la iglesia sin fallar.

Susy: Siempre hemos trabajado juntos y tal vez la dinámica fue más complicada de lo normal, porque nos veíamos las 24 horas del día tanto en la casa como en el trabajo, pero sí se sentía la necesidad de Dios y fuimos involucrándonos hasta que un día llegó una persona que nos invitó a aquel retiro de Lazos de Amor Mariano.

Eduardo: Puedo asegurarles que Dios tocó nuestras vidas. Porque en ese retiro al que fuimos con Susi, Él nos hizo entender muchas cosas que nos dañaban individualmente y como pareja.

Eduardo: Estábamos pasando por una crisis económica bastante fuerte, pero hubieron personas que hicieron todo lo posible y hasta lo imposible por animarnos a ir y aunque nos quedaríamos en ceros en la cuenta bancaria fuimos, marcando un antes y un después en nuestras vidas.

Eduardo: Era una persona muy materialista, pero Dios me mostró que habían cosas mucho más valiosas. Él nos recordó a Susy y a mí la promesa que hicimos: «hasta que la muerte nos separe». Nos permitió entender que las familias no van a ser perfectas, no es perfecta ahora tampoco, pero siempre el sentido de unidad es la que jamás ha hecho que esto se rompa, porque con el pasar del tiempo cada uno tiene que hacer lo que debe hacer para mejorar. Las imperfecciones están, la naturaleza misma está, uno tiene que tomar la decisiones de superarse, sino va a vivir una vida mediocre en pareja.

Eduardo: Aprendí que si bien soy la cabeza de mi hogar, lo más importante es hacerle caso a tu mujer, porque es tu complemento, es la que ve lo que tú no ves, la que está encargada de decirte todo aquello que no notamos, para eso Dios la creó.

Dios nos llama a transformar nuestras debilidades en fortalezas y eso nos ayudará a estar más cerca de la santidad.

Un regalo de Dios

Susy: Creemos que nuestro último hijo, Francisco, es un regalo de Dios, un milagro, porque varios médicos me habían dicho que ya no podía tener hijos por algunas razones hormonales que tenía, que era imposible que salga embarazada, para rematar habíamos pasado por una crisis matrimonial que logramos superar y de repente de la nada salí embarazada. Destacando que nunca hemos utilizado métodos anticonceptivos porque somos provida.

Susy: Francisco nació justo en el 2020 cuando hubo el encierro debido al Covid-19 y, en oración decidimos que a partir de la pandemia me iba a quedar en casa a cuidar de los chicos, porque los niños ya se habían acostumbrado a esta unidad, de vivir en la casa, de comer juntos y de compartir tiempo en familia.

Susy: Entonces para mí fue duro y aún ahora tengo este conflicto de que quiero estar en la oficina y me encanta y lo disfruto, pero a la vez entiendo la necesidad de mi presencia con ellos, de llevarlos a la escuela, de estar con ellos. Son los momentos más importantes, por lo menos para mí, el conversar con ellos, compartir y escucharlos, sobre todo a Leo que está más grande y pasa a la secundaria, dedicar tiempo para escuchar de lo que conversa con sus amigos, sus gustos, sueños y más.

Susy: Como padres con nuestros hijos nos esforzamos el 100%. Incluso ahora que Eduardo estaba fuera de la ciudad, hemos hecho muchos cambios para que su prioridad sea estar con ellos y tener su tiempo especialmente por las edades complejas en las que están, la presencia con él es importante.

 

 

Una vida con propósito

Eduardo: El tener hijos me ha dado un sentido más patriótico, es medio raro lo que voy a decir, porque siempre digo: «Dios en el alma, en el corazón la patria y en las venas la familia». Y cuando tienes hijos, te das cuenta del mundo y de lo que está pasando allá fuera en la calle. Entonces hay alguien que tiene que salir a hacer algo por construir la patria, pero tú no puedes edificar el proyecto más grande que se llama Ecuador sino peleas por la institución más pequeña que es núcleo familiar.

Eduardo: Mi bandera en lo que hago es servir a Dios, por eso empujo todos estos temas que son: la familia y los valores porque ahí se resume todo, es decir si tú tienes un problema como país es porque lo tienes primero en la familia, no nos estamos fijando en eso. Es por ello que me siento impulsado a «poner el pecho a las balas», porque sé que cuando lo estoy haciendo es por mis hijos y es una forma de amarnos, pero a la vez estoy buscando amar también a los hijos de los demás que aún no se han dado cuenta de esto.

Buena crianza en la actualidad

Susy: Es complicado y es todo un desafío para los padres el criar hijos en está época, porque son generaciones que están muy informadas, que no sienten ese sentido de autoridad, han perdido eso, ese orden de la jerarquía, y que además creen que ellos están al mismo nivel de cualquier adulto.

Susy: Uno tiene que estar lleno de la confianza de Dios, pedirle la sabiduría para poder tener un equilibrio, el tener las palabras adecuadas, los mejores tonos y la forma de conectar con ellos y darles amor para poder sostener los valores e inculcárselos a ellos, para que sean un escudo frente a cualquier amenaza que puedan enfrentar, debemos adelantarnos a los medios a los que ellos a diario están expuestos.

 

 

Un matrimonio feliz

Susy: Un matrimonio feliz se logra primero buscando a Dios, tenerlo como el pilar de nuestras vidas, que sea Él quien nos ayude, comande, inspire y que sea la fuente de amor y de las demás virtudes que se necesitan en pareja y como familia.

Susy: Cada que haya un problema busquen ayuda, porque a nosotros también nos pasó que muchas veces creíamos que solos íbamos a poder con todos nuestros problemas, y en realidad cuando fuimos a buscamos socorro recién encontramos la raíz de la prueba y pudimos avanzar.

Eduardo: Necesitamos estar conectados con Dios a diario y eso no se logra solo yendo una hora a la iglesia los domingos. Para saborear eso, para verle la valía tienes que tener un trabajo previo, por lo que un movimiento católico te va ayudar, de hecho pueden ser tu bastón para avanzar hacia una vida más cercana a la santidad.

Eduardo: Pensar que algún día voy a cambiar a mi esposo o a mi esposa, es muy fregado. Por eso tenemos que buscar a Dios, porque es él quien puede hacer maravillas en nosotros y puede convertirnos de verdad.

Un buen consejo

Eduardo y Susy: «Busquen la complementariedad para que sea una relación mucho más balanceada, busquen un para qué, un sentido de vida. Eso es lo que se tiene que proyectar. O sea, si yo sé que el mismo sentido de mi vida está alineado al de mi esposa, entonces sabemos que la gasolina no se nos va a acabar y podremos llegar, porque queremos cumplir mismo sueño y no estamos pensando cosas distintas. Recuerden casarse es la decisión más racional que puede existir y hay que tomarla con calma y ponerla en manos de Dios».

 

 

Escrito por: Arcadio Arosemena Robles.

 

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