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Martha Palma Melena comparte una nueva historia contada desde el corazón, la cual tiene por título: «Amor de madre». ¡No olvides compartir.

Los pescadores Joao, Felipe y Domingo eran los mismos de siempre… el río y el bote que usaban, también. Solo en esta ocasión la expectativa de la población era diferente porque habían sido encargados con la misión de traer peces frescos para el banquete festivo.

Se esperaba fuese una tarea fácil para estos hábiles pescadores… solo que la escasez del alimento buscado y las Gracias que vendría después superaría cualquier expectativa.

La escena del milagro sería muy parecida a la pesca milagrosa de los Evangelios donde solo después de mucho intento, y con la intervención divina, lograrían rescatar dicho alimento.

La pesca milagrosa de Guaratinguetá tuvo algunos matices diferentes a la de los Evangelios. Lo primero que sacaron los pescadores brasileños en sus redes fue una imagen de la Inmaculada Concepción sin la cabeza… que después, sin comprender el hallazgo al inicio, recogieron en la inmensidad del río la cabeza que faltaba…

El milagro de la abundancia de peces que se sucedió fue un sencillo gesto de la acción divina en el pueblo brasileño, acción que se manifiesta en todos los que quieren acoger con devoción a la Madre de Jesucristo en el corazón…

 

 

Amor de una madre

La mía es una sencilla historia de amor que contaré a continuación…

El amor de una madre es algo complejo y misterioso. Soy madre, también soy hija y muchas veces me he sentido impotente ante las limitaciones que todo ser humano tiene. El sentimiento de impotencia cuando nuestros hijos crecen y van tomando sus propias decisiones o cuando nuestros padres con el pasar del tiempo van envejeciendo es común en todos nosotros.

“No sabes hijita cuanto le rezo a la Virgencita para que siempre encuentres personas buenas en tu camino… el mundo ofrece tantos peligros…”.

Las palabras que mi mamá me decía en mi juventud fueron teniendo más sentido cuando me tocó vivir lo mismo…

Las paredes de ladrillos aún no habían sido revestidas. El aspecto de la Basílica era rústico por la falta de acabados. La planta de la Iglesia era diferente a las de las clásicas basílicas antiguas. El calor del verano en esa pequeña ciudad se volvía todo un desafío para los innumerables peregrinos que llegaban de los diferentes lugares de Brasil.

Ese era mi primer año visitando la Basílica de Aparecida y yo estaba intrigada cómo sería Ella ya que prácticamente una ciudad se estaba construyendo en su entorno…

Un pedido

Aún recuerdo con claridad el pedido que le hice ese día…

¡Toda una ciudad se está construyendo alrededor de una imagen! ¿Cómo es posible? ¡Y encima, de una imagen tan insignificante!

Este pensamiento puede ser común entre personas no católicas, o hasta en algún católico que no es brasileño…. la pequeña imagen de la Virgen negra solo va a tener sentido si pensamos y sentimos como brasileños.

El amor de madre es un misterio y más aún cuando alguien lo asume espiritualmente pasando por todos los dolores que un parto puede tener solo para ayudar a dar a luz en el amor, hijos para Dios.

Es eso lo que sentí la primera vez que fui a Aparecida y sigo sintiendo cada vez que voy. Ver como alguien tan pequeña, que comparte nuestra humanidad, pueda llegar a tener un amor tan grande y universal.

Es por eso por lo que siguiendo el ejemplo de mi mamá siempre he recurrido a Ella inumerables veces con diferentes tipos de pedidos, desde los ordinarios hasta los extraordinarios, pero la mejor experiencia siempre ha sido la de tenerla cerca de mí, cuidándome, amándome y amando a mis seres queridos también.

 

 

Escrito por: Martha Palma Melena, nació en Lima – Perú (1971) donde se graduó en Arquitectura. Casada con Luis, se mudaron a São Paulo con su hijo mayor de solamente 1 año de edad. En esta etapa de su vida, entre las responsabilidades de la casa y las aulas de catequesis, se dedicó a observar la realidad que la rodea. Gracias a esta observación logra en estos artículos rescatar sus raíces e historia familiar, sirviéndoles de inspiración para colocar el verdadero valor del ser humano desde una mirada femenina. Diplomada en Especialización en Familia de la UCSP en Arequipa – Perú.

 

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