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En el país hay niños de 10 años que padecen de colesterol. En la mayoría de casos hay una predisposición genética. ¡Lee y comparte!

Lidiar con urticarias, inflamación de las extremidades, boca pastosa y seca, halitosis, pesadez en el estómago e indigestión, cefaleas, visión borrosa, pérdida de equilibrio y hasta dolor en el pecho suena como una pesadilla. Esto; sin embargo, es una dura realidad para niños, jóvenes y adultos que tienen el colesterol elevado (hipercolesterolemia).

En Ecuador, según la encuesta Ensanut, este mal afecta a 24 de cada 100 personas que tienen entre 10 y 59 años, atacando de forma lenta y silenciosa. En la mayoría de casos, el colesterol elevado se asocia a una condición genética, pero también hay una gran influencia de los alimentos que se consumen.

Para entender cómo puede beneficiar o afectar el colesterol al organismo, primero hay que entender qué es y cómo se produce.

Diego Egas Proaño, médico cardiólogo, y especialista en estimulación cardíaca artificial, explica que el colesterol es una molécula que se produce en el hígado y cumple funciones importantes, como ayudar a que las paredes de las células se mantengan flexibles. Aclara que el 20% de esta grasa natural, que es esencial para la producción de varias hormonas, proviene de los alimentos que consumimos.

El problema se da cuando hay una producción excesiva y acumulación de esta sustancia, cuya distribución en el organismo depende de dos tipos de moléculas presentes en la sangre: las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés) y las lipoproteínas de alta densidad (HDL).

 

 

La raíz del mal

Según Egas, cuando hay una elevada presencia de lipoproteínas de baja densidad es cuando se producen depósitos de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. Esto, a su vez, puede provocar obstrucción de arterias, derrames cerebrales, ataques cardíacos e insuficiencia renal.

Ese proceso es silencioso, asintomático y puede tardar décadas, pero afectará seriamente a una persona cuando los mecanismos de defensa del hígado fallen o colapsen.

Todos estos problemas se incrementan cuando hay cuadros de obesidad, antecedentes familiares de dislipidemia, sedentarismo, tabaquismo, hipertensión arterial.

El ‘colesterol bueno’

La contraparte de esta enfermedad está en lipoproteína de alta densidad (HDL), la cual permite eliminar el colesterol de las paredes de los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir enfermedades.

Para aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) y reducir los malos (LDL) hay que mantener una: “Alimentación balanceada de todos los grupos nutricionales, actividad física, no tabaquismo”, dice Egas.

En este punto hay especialistas que recomiendan el consumo de grasas monoinsaturadas, presentes en alimentos como las aceitunas, frutos secos (almendras, nueces, pecanas, avellanas…) o aceites como el de oliva y el de canola. En general, este tipo de grasas son saludables, porque disminuyen el colesterol malo, aumentan el bueno y reducen la oxidación nociva.

El consumo de grasas poliinsaturadas, presentes en pescados grasos como el salmón, la caballa, el arenque y el atún, también se recomienda para el corazón y para reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Las grasas omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada con otros beneficios para el corazón. A esto se puede sumar el ejercicio, de cualquier tipo, y el control del peso.

Los cambios en la alimentación y de rutina, explica Egas, son parte del tratamiento no farmacológico, que se enfoca en disminuir el consumo del exceso de grasas y carbohidratos, incrementar la actividad física, bajar de peso y en controlar las enfermedades metabólicas (como por ejemplo las enfermedades tiroideas, diabetes, alteraciones hormonales…) o cardiovasculares.

Para el tratamiento farmacológico, en cambio, el médico debe tener en cuenta las características de cada persona para recetar los medicamentos o suplementos que sean más adecuados en cada caso.

 

 


Factores de riesgo

Ten presente:

  • Edad
  • Obesidad
  • Tabaquismo
  • Vida sedentaria
  • Hipertensión arterial
  • Diabetes

Niveles de triglicéridos:

  • Normal: meno150 a 199 mg/dl (1,8 a 2,2 mmol/l)(mg/dl), o menos de 1,,7 milimoles por litro (mmol/l)
  • En límites: 150 a 199 mg/dl (1.8 a 2,2 mmol/l)
  • Alto: 200 a 499 mg/dl (2,3 a 5,6 mmol)
  • Muy alto: 500 mg/dl o más (5,7 mmol/l o más)

 

EL COLESTEROL 4

 

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