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Audiencia General, el Pontífice predica sobre el mandamiento: “No cometerás adulterio” referido a los esposos, su llamada a la fidelidad está destinada a todos.

El cuerpo humano no es un instrumento de “lujuria y egoísmo”, explicó el papa Francisco en la catequesis de hoy dedicada al sexto mandamiento: “No cometerás adulterio”, pues, sostuvo que es un llamado que dirige Dios no “solo a los casados, sino a todos los bautizados” para amar a los demás con “fidelidad, acogida y misericordia”. 

“El cuerpo humano no es un instrumento de placer, sino el lugar de nuestra llamada al amor, y en el amor auténtico no hay espacio para la lujuria y su superficialidad. ¡Los hombres y las mujeres merecen más!”, dijo el Papa durante la tradicional audiencia general del miércoles, 31 de octubre de 2018, en la Plaza de San Pedro. 

Francisco insistió en la fidelidad matrimonial y subrayó que es revolucionario lo que dice San Pablo en la Carta a los Efesios (5, 25.28.31-32). “Pensar con la antropología de aquel tiempo y decir que el marido debe amar a su esposa como Cristo ama a la Iglesia”. 

Y añadió que “quizás en ese tiempo” se trataba de la “cosa más revolucionaria dicha sobre el matrimonio: siempre sobre el camino del amor”. 

Casarse es más que celebrar una boda

Amar, señaló, que es camino de crecimiento y maduración.  “Convertirse en hombres y mujeres adultos significa” llegar a ser “cónyuge” y “padres”, que se manifiesta “en las diversas situaciones de la vida” como la capacidad de asumir la responsabilidad hacer todo por la otra persona y amarla “sin ambigüedad”. 

 Por lo tanto, el amor fiel es un acto profundo, real, para “entablar una relación profunda con los demás”. 

¿Quién es adúltero y lujurioso, el infiel? “Es una persona inmadura, que tiene para sí la propia vida e interpreta las situaciones en base al propio bienestar y la propia satisfacción”. 

Por ende, agregó que para casarse, “¡no es suficiente celebrar la boda! Necesitamos hacer un viaje del “yo” al “nosotros”. “Pensar en dos”, pues vivir “en dos es un hermoso viaje”.

No sacerdotes de carrera, sino sacerdotes por amor

“Todas las vocaciones en la Iglesia, incluso el sacerdocio y la virginidad, deben estar marcadas por esta relación nupcial, es el Espíritu que llama a un amor sin reservas por la Esposa de Cristo, amando al Pueblo de Dios con la ternura y la fuerza de un padre y una madre, de un esposo y de una esposa”. 

El Papa aseguró que a la Iglesia no “sirven aspirantes al papel de sacerdotes, no sirven, mejor que se queden en casa…, sino que sirven hombres a los cuales el Espíritu Santo toca el corazón con un amor sin reservas para la Esposa de Cristo”. 

Polaridad de lo masculino y de lo femenino

También dijo que en “el matrimonio del mismo modo se deben cumplir estos requisitos, percibiendo la bondad intrínseca de la polaridad de lo masculino y de lo femenino, del cuerpo y del espíritu. 

Nuestro cuerpo, por tanto, no está destinado a ser instrumento de placer, sino a ser el lugar donde se realiza nuestra llamada al amor”. 

Por último, destacó que la palabra: “No cometerás adulterio”, aunque si en forma negativa, nos orienta en nuestra llamada original, es decir al amor nupcial pleno y fiel, que Jesús nos ha revelado y donado” (Rm 12,1). 

El Papa dirigió un saludo a los fieles y en esta ocasión a una delegación del network Aleteia presente en la plaza de San Pedro.

“Los animo a que, siguiendo el ejemplo de los santos, cuya solemnidad celebramos mañana, sean capaces de vivir su vocación con plenitud y fidelidad, en sintonía con ese amor nupcial que Jesucristo nos ha revelado y entregado como don. Muchas gracias”. 

La audiencia general concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica. 

Vía Aleteia

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