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“El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes”, Deuteronomio 31,8. ¡Lee y comparte!

Hoy en día vivimos en medio de una pandemia que nadie esperaba, de hecho, no es la primera pandemia que ha afectado al mundo, pero sí la primera que ha puesto de cabeza a muchos países tanto en lo económico, salud, trabajo, social y más.

La pandemia lo cambió todo… tanto que hoy en día es muy común ver a la gente en la calle usando mascarillas, lo que antes era impensado, pero eso no ha sido, es ni será lo más grave, lo que realmente es complicado de manejar es esa sensación de vulnerabilidad, ese pensar y sentir respecto a que no ha sido cierto eso que afirma una gran mayoría de personas: “soy el dueño de mi destino y no necesito a nadie más que a mí”.

Todos los que pensaron (me incluyo) que eran autosuficientes, pero hoy en día al chocar contra la realidad, notan que no depende de ellos su día a día, de hecho, muchos se quedaron sin trabajo, sin fuentes de ingreso y con grandes preocupaciones por deudas, problemas de salud y más.

Entonces… ¿dónde quedó el yo puedo hacerlo todo solo? ¿dónde está aquel hombre y mujer que se creían los reyes del mundo, incluso casi “dioses”? La respuesta es sencilla, muchos están escondidos, con miedo y recién ahora con las vacunas contra el Covid-19 y sus variantes de a poco nuevamente dan la cara.

 

El Señor 1

 

El Señor ha estado ahí en medio de las pruebas

A todo ello me permito decirles de corazón algo… El Señor ha tenido el control de todo lo que ha venido pasando, y para cristianos y no cristianos, esta pandemia ha sido y sigue siendo una prueba durísima, que tiene como único objetivo el buscar mucho más de Dios y, a través de esa búsqueda todos nos hagamos más fuertes y fieles al Él.

Es verdad que no a todos nos ha ido bien en este más de año y medio de pandemia, muchos matrimonios acabaron, muchas familias se disolvieron, muchas iglesias cerraron, muchas personas han muerto y lo que más duele es que a pesar de todo lo que hemos vivido y seguimos viviendo, aun así, no nos entregamos en cuerpo y alma a Dios, no dejamos en Él nuestras cargas ni le pedimos refugio bajo sus alas.

Muchos seguimos con un corazón de piedra, con un corazón que, en vez de volverse mucho más abierto hacia Dios, lo que ha pasado es que está lleno de recelo ante Él, lo que se evidencia cuando le decimos que no nos merecemos lo que estamos viviendo, que ya pare con todo esto o hasta le cuestionamos el ¿por qué de tanto mal?

Sin embargo, nuestro Señor ha estado y sigue estando ahí, esperando por nosotros cristianos y no cristianos… Y, lo hace porque Él nos ama, nos ama con un amor que no tiene límites… “Pues el SEÑOR tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que El juró a tus padres”, Deuteronomio 4,31.

Jehová siempre irá delante de sus hijos defendiéndolos de todo mal e incluso en los momentos más duros, Él seguirá obrando, porque es un padre amoroso y por ese amor es que nos disciplina cuando lo requerimos.

 

El Señor 2

 

Dios quiere un cambio en tu vida

Creo que es ya momento de dejar de lado el enojo, los reclamos, el recelo y más contra Dios y contra las personas que nos rodean, eso no suma ni nos ayuda en nada, y más bien es tiempo ya de ser mucho más firmes y valientes, como nos indica Dios en Deuteronomio 31,6: «Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará”.

Los invito a todos hermanos y hermanas a que seamos más firmes en los caminos de Dios, a que, si tenemos pecados escondidos, pidamos a Dios la guía y fortaleza suficiente para dejar de pecar y así avanzar junto con Él… dejemos nuestras cargas en nuestro Padre Todopoderoso y Él sin duda alguna HARÁ.

¡Dios los cuide y bendiga siempre!

 

El señor 3

 

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