El síndrome de ovario poliquístico es una patología endócrino reproductiva que afecta comúnmente a las mujeres en edad fértil.
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Se presenta con la aparición de varios síntomas y signos como alteración en el ciclo de menstruación y fertilidad, aumento de peso, acné, hirsutismo por el aumento de hormonas masculinas, alopecia y cólicos menstruales muy fuertes. Hoy en día se presenta frecuentemente siendo entre 6% a 13% las mujeres que lo padecen y hasta un 70% de mujeres a escala mundial que no están diagnosticadas, además se transmite de forma hereditaria y es la causa más frecuente de anovulación y problemas de fertilidad en mujeres.
Causas y complicaciones
Las causas que pueden desencadenar esta enfermedad incluyen:
Resistencia a la insulina: la insulina es una hormona que se produce en el páncreas para regular los niveles de glucosa en sangre, es decir, cuando hay picos de glucosa frecuentemente puede hacer que se libere insulina de manera prolongada causando pérdida de sensibilidad a la insulina por ende el cuerpo no responderá bien a la misma. Un signo que se manifiesta en el cuerpo puede ser por zonas oscuras y aterciopeladas en la piel del cuello, axilas, ingle y debajo de los senos, además de aumento de peso y de apetito.
Inflamación de bajo grado: las personas con síndrome de ovario poliquístico tienen inflamación de bajo grado y prolongada que puede llevar a producir andrógenos y derivar en problemas cardiacos y de vasos sanguíneos.
Herencia: existen ciertos genes que podrían estar relacionados con el síndrome de ovario poliquístico y puede ser factor para su desarrollo.
Exceso de andrógenos: el síndrome de ovario poliquístico puede producir niveles altos de andrógenos e interferir en la ovulación. Este exceso de andrógeno también puede provocar exceso de vello y acné.
Por otro lado, se pueden presentar una serie de complicaciones en consecuencia de la aparición del síndrome de ovario poliquístico como son: infertilidad, apnea del sueño, diabetes gestacional o aumento de presión arterial en el embarazo, aborto espontáneo, síndrome metabólico, depresión, ansiedad, cáncer en el revestimiento del útero, entre otros.
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Abordaje del tratamiento nutricional
Es muy importante tomar en cuenta realizar cambios en el estilo de vida empezando por la alimentación. Es necesario que se base en alimentos con densidad nutricional y que contenga todos los grupos de macronutrientes en la cantidad necesaria según cada caso. Primero se debemos considerar incluir carbohidratos complejos de bajo índica glucémico y altos en fibra como, por ejemplo:
- Quinua
- Frutas y vegetales con piel
- Avena en hojuelas
- Pasta integral
También proteína vegetal y animal como:
- Granos
- Champiñones
- Carnes
- Huevo
- Pescado
Por último, grasa buena como:
- Aguacate
- Aceite de oliva, coco o aguacate (extra virgen)
- Frutos secos
- Semillas
Dentro de esta nueva alimentación también es de relevancia evitar algunos alimentos procesados y ricos en azúcar como bebidas gaseosas, alcohol, zumos de fruta, lácteos, alimentos con harinas refinadas y aceites hidrogenados. Además, es necesario cuidar los productos que colocamos en la piel que contengan ingredientes tóxicos al igual que los productos de limpieza que estemos en contacto ya que pueden provocar alteraciones hormonales. Por otro lado, también tomar en cuenta disminuir los niveles de estrés para evitar la elevación del cortisol, dormir al menos 8 horas y mantener una actividad física frecuente durante la semana para disminuir el peso, porcentaje de grasa y mejorar la sensibilidad a la insulina. En conclusión, si los hábitos mejoran poco a poco la enfermedad puede ser controlada junto con la medicación en caso de ser necesario.
Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_
