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Los valores familiares son un pilar fundamental para evitar la violencia dentro del hogar.

La masculinidad y la feminidad no son buenas o malas, una persona que actúa mal no es por culpa de su masculinidad o feminidad, sino de la carencia de valores, de la falta de autocontrol, de vicios, o de heridas que no han sido sanadas.

La violencia contra la mujer ha desatado un ataque contra los hombres y su masculinidad, proponiendo feminizar al hombre cuando realmente el problema y su solución se encuentra en fortalecer las familias.

¿Cómo solucionamos la violencia contra la mujer desde la familia?

  • Valores por igual para niños y niñas: en muchas familias se les exigía a las niñas mayor responsabilidad en ciertos hábitos y virtudes como en el orden, templanza, paciencia, pureza dejando un gran vacío de valores en los niños.
  • Proteger por igual a niños y niñas de conductas dañinas: situaciones como el consumo de pornografía, drogas y prostíbulos, hacen que los niños crezcan con la percepción de que las mujeres son un objeto de placer, evitemos que se expongan a esto.
  • Rescatar la figura paterna: Estudios indican que niños que han crecido en ausencia de su padre son más agresivos1, tienen menos autocontrol y escaso sentido de culpabilidad2; son menos solidarios y empáticos3. Ellos buscarán ese modelo o figura masculina, en videojuegos, películas o en la calle y serán presa fácil para pandillas, bandas delictivas u otro tipo de hombres que podrían incitarlos a un estilo de vida dañino captando un modelo equivocado de lo que significa ser hombre. El psicólogo forense Shaw Johnson, tras multitud de investigaciones llegó a la conclusión de que no hay nadie mejor capacitado para frenar la agresión antisocial de un muchacho que su padre biológico4. La firmeza del padre robustece el carácter moral del hijo5. “por medio del «no» del padre, el hijo se prepara para aceptar un «no» en la vida”6; adquiriendo la capacidad de autocontrol ante sus impulsos.
  • El matrimonio cristiano: uno de los fines del matrimonio es buscar el bien del otro, el bienestar físico, emocional, espiritual, material. ¿Qué mejor ejemplo para los hijos ver que su padre trata con respeto y cariño a su madre?

Trabajemos en fortalecer la familia, un buen comienzo es mediante Escuelas para Padres y Centros de Orientación Familiar, de esta forma nos aseguramos crecer en valores.

1. N. Vaden-Kierman, N. Iaolongo, J. Pearson, and S. Kellam, “Household Family Structure and Children´s Agressive Behavior: A Longitudinal Study of Urban Elementary School Children,” Journal of Abnormal Child Psychology 23, no.5 (1995). Source: J.L Sheline (et al.), “Risk Factors”, American Journal of Public Health, No. 84. 1994.
2. E.M. Hetherington and B. Martin, “Family Interaction” in H.C. Quay and J.S. Werry (eds.), Psychopathological Disorders of Childhood. (New York: John Wiley & Sons, 1979).
3. G.L. Duncan, J. Brooks-Gunn and P. Kato Klebanov, “Economic Deprivation and Early Childhood Develpment,” Child Develpment, 65, (1994).
4. Citado por M. Meeker, 100% chicos, ed. Ciudadela, 2011, pág. 161.
5. B. Tierno, Saber educar hoy, ed. Temas de Hoy, 2011, pág. 133.
6. M. Calvo, Padres Destronados, ed. Toromítico, 2014, pág. 71.

Por Cristina Valverde Johnson
Abogada.

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