Compartir:

Las vacaciones son un excelente momento para aprender más sobre nuestros hijos.

Cuando pensamos en la época de vacaciones, lo primero que se nos viene a la mente es lo que NO hay que hacer: ya no tenemos que madrugar, ni necesariamente hay que acostarse temprano, no hay deberes que entregar, ni que estudiar para los exámenes, y así sigue una larga de lista de etcéteras sobre las cosas que podemos “dejar de hacer”. Si bien, un descanso del ajetreo de la época escolar es justo y necesario, es bueno recordar las cosas que sí debemos seguir haciendo y que por estar en vacaciones tenemos más tiempo y la oportunidad de potenciarlas.

Las vacaciones son un periodo ideal para ejercitar en nuestros hijos ciertas aptitudes que, aunque durante el año las trabajamos, en esta época podremos reforzarlas. Entre ellas están el autocontrol, fomentar la independencia y cultivar mejores cualidades, veamos cómo lograrlo:

  1. Ejercitar el autocontrol

La rutina de los días del colegio muchas veces nos obliga a los padres a andar a diario detrás de nuestros hijos para llegar a tiempo y cumplir el horario establecido. En vacaciones, podemos llegar a un acuerdo sobre la hora para levantarse y para acostarse, donde los horarios pueden ser más flexibles porque no se requiere madrugar. De esta forma lograremos fijar mecanismos que cumplan de manera de autónoma.

Si este no es el caso y no llegan a cumplirlos, existe la tranquilidad de retroalimentar y apuntalar al proceso para crear aprendizajes significativos. Pueden fallar una semana, pero la siguiente deberán esforzarse por acatar los acuerdos conversados. Tengamos presente que conforme crecen, muchos niños pueden lograr despertarse solos para ir al colegio sin que los padres estén detrás de ellos, así también pensamos en sus responsabilidades para el siguiente año lectivo.

  1. Fomentar la independencia

Como se acabaron las clases, a muchos chicos les toca quedarse en casa mientras sus padres trabajan. Esta época es la oportunidad de asignarles tareas sencillas que ellos puedan cumplir de acuerdo a su edad.

Entre estas pueden estar: tender sus camas, sacar la basura, darle de comer a las mascotas o hasta cocinar. Estas son cosas que ellos pueden ir resolviendo, sin tener la presión de sus padres. Nuestra función será revisar el cumplimiento de la tarea al final del día, retroalimentar y animar a seguir conquistando logros de manera independiente.

  1. Cultivar sus mejores cualidades 

Definitivamente, hacer planas de escritura y hojas de ejercicios de matemáticas no aparece en el plan mental de un chico para sus vacaciones. Aprovechemos esta época para que explore otras cosas que le interesen. Propongámosle que investigue sobre dinosaurios, si esa es su pasión; que construya modelos a escala o rompecabezas, si eso le motiva. La idea es proporcionarles experiencias constructivas que a ellos les interesen y les permitan ejercitar sus habilidades mentales.

Esta es una excelente forma para ver desde pequeños qué actividades lo mueven y según eso complementarlo con un vacacional que le llame la atención, o cuándo son mayores hacia qué carreras se están inclinando.

Seguro que si nos tomamos el tiempo encontraremos muchos más planes constructivos que realizar con ellos, y así descubriremos cosas que tal vez no conocíamos de nuestros hijos. Lo importante aquí es tener la oportunidad de bajar las revoluciones de la vida agitada que llevamos y permitir que nuestros hijos fortalezcan esos hábitos y habilidades que en un futuro pueden hacer la diferencia.

Por Inés Melina Cobo de Gilbert
Directora Ejecutiva de Sir Thomas More.

Compartir: