Los jóvenes universitarios para sentirse saludables y con energías deben conocer y seguir una adecuada guía nutricional. ¡Lee y comparte!
Durante la etapa universitaria muchos estudiantes tienen dificultades para llevar un estilo de vida saludable debido a una variedad de factores como la falta de organización de comidas, los periodos prolongados de ayuno debido a los horarios de clases, dificultad para comer en casa por ende comen más seguido en la calle siendo muchas veces su elección la comida rápida y procesada, alta en grasa y azúcar.
Por otro lado, suele suceder que no se hidratan correctamente con agua, sino que consumen bebidas energéticas y café para tener más energía y llevar a cabo toda su jornada de estudio.
De modo general es importante que los estudiantes conozcan sus horarios y tomen las medidas necesarias para evitar prolongar en el tiempo los malos hábitos, ya que van a afectar su salud, energía, rendimiento, concentración, estado de ánimo, pudiendo desencadenar en una nutrición inadecuada, ya sea que provoque un aumento o pérdida de peso.
Además, el estrés debido a que implica un desgaste tanto físico como mental, lo cual puede provocar una disminución de las defensas del cuerpo y hacer más pronta la aparición de enfermedades.
Guía nutricional para jóvenes universitarios
Las recomendaciones para los jóvenes universitarios son:
- Siempre llevar un termo con agua para mantener una correcta hidratación durante todo el día, esto va a ayudar a mejorar la concentración, tener buen estado de ánimo y evitar los dolores de cabeza.
- Evitar saltarse las comidas.
- Tener horarios fijos de comidas.
- Consumir alimentos altos en fibra, ya que estos aportan energía de calidad y prolongada, además de saciar por más tiempo.
- Comer alimentos naturales en su mayoría, es decir frutas y vegetales (2 veces al día ambos).
- Consumir proteína sin grasa como carne, pollo, pescados y mariscos.
- Comer alimentos ricos en grasas buenas como aguacate, frutos secos enteros y mantequillas, aceites de coco, aguacate, oliva extra virgen y mantequilla clarificada o ghee.
- Consumir lácteos enteros como leche y quesos con moderación.
- También consumir proteína vegetal, como: granos enteros, tofu y champiñones.
- Consumir carbohidratos complejos como panes integrales, pastas a base de trigo integral, quinua y lenteja roja, tubérculos como papa, yuca, remolacha, zanahoria blanca y camote, además de plátano verde y maduro.
- Priorizar escoger alimentos con cocciones al vapor, a la plancha, al horno, a la parrilla y cocinado.
- Comer en la calle lo menos posible y en caso de hacerlo escoger opciones saludables.
- Tener un horario fijo para realizar ejercicio en la semana, al menos 15 a 30 minutos diarios.
- Evitar bebidas y alimentos altos en azúcar y grasa.
- Consumir café con moderación, 1 o 2 tazas al día.
- Evitar el alcohol en exceso.
- Tener un buen descanso, al menos 7 horas.
Importante
Esta etapa trae consigo muchos cambios, pero es necesario priorizar la alimentación balanceada como parte del cuidado personal para vivir de la mejor manera este tiempo, tratar de no buscar excusas sino de organizarse y tener muchas ganas de hacerlo. Los nuevos hábitos implicarán su tiempo y proceso, pero vale mucho el esfuerzo para no descuidar nuestra salud, porque cuidándonos también cuidamos a los demás.
Escrito por: Melissa Coto, nutricionista.
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